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martes, 3 de agosto de 2010

Puedo tomar bebidas alicoradas

EL FRUTO DE LA VID

Todos conocen ese famoso pasaje de la escritura que vincula al hombre con el licor por primera vez; si hablo de Gn. 9:20-21:

Y comenzó Nóaj, varón de tierra (es decir campesino); y plantó una viña y bebió del vino y emborrachó…”

Muchos quieren justificar la embriaguez a través de esta cita, pero precisamente en esta ocasión analizaremos que tan verdadero es este nexo que existe en la mente de muchas personas aún como un elemento de lo que se llama “el inconsciente colectivo”.

En el mencionado pasaje, se pueden entrever dos motivos -para el caso opuestos entre sí-, por los que Nóaj pudo haber probado vino: Por un lado, tendríamos una expresión de júbilo por la salvación y la bendición recibida (Sal 104:15):

“…y el vino, que alegra el corazón del hombre haciendo brillar su cara más que el aceite, y el pan que al corazón del hombre, ayuda”.

por otro lado, bien podríamos ver en esta escena, una evocación al lamento levantado por Nóaj ante semejante mortandad a manera de luto, pues ha podido haberse compungido por la humanidad como se puede comparar con Jer. 16:7:

Y no se acercarán a ellos por motivo del luto para consolarlo por causa del muerto, ni darán a beber copa de consolaciones por su padre o por su madre”.

Anotando que aquí la expresión “copa de consolaciones” es a una alusión poética al vino. Por eso, no es de extrañar que su abuso, sea la práctica de embriagarse para olvidar alguna pena o dolor. A propósito, Prv 31:6 tomándolo así, sin mayor interpretación dice:

Dad shejar (un tipo de licor) al que está pereciendo, y vino al amargado de alma (ó de alma amargada).

A propósito de esta pasaje, se hizo costumbre en Yisra’el que a los condenados a la pena capital en el día de su ejecución se les diera vino o licor mezclado con algún tipo de lo que llamaríamos aliciente para hacerlo olvidarse del dolor.

Veamos el Talmud de Babilonia, tratado Sanhedrin folio 43 lado a, (citado : Sanh 43 a):

ר' חייא בר רב אשי אמר רב חסדא היוצא ליהרג משקין אותו קורט של לבונה בכוס של יין כדי שתטרף דעתו שנאמר (משלי לא) תנו שכר לאובד ויין למרי נפש

“Rabí Jiyya’ Bar ‘Ishay decía: Rav Jisdá (enseñó): “El que sale a ser asesinado, se le da a beber un brebaje de olíbano en un vaso de vino para que quede insensible como fue dicho … (Prv. 31:6)”

En contraposición a esto, el evangelio nos relata como Jesús decididamente menospreció el oprobio y el dolor pero no con vino, sino con el gozo puesto delante de él, de manera que rechazó este aliciente y sufrió completamente y sin remordimientos aunque esto no es señal para prohibir el vino claro está. Veamos Mr15:23 (paralelo en Mt 27:34, Sal. 69:21):

Le dieron a beber vino mezclado con mirra, pero él no lo tomó”.

Desde la antigüedad bíblica, el vino fue considerado como símbolo de una bendición completa (Gn 27:28; Joel 2:23-24, Dt 7:13; 14:23). Inclusive, la esposa recibe el honorable título de Guéfen Poriya vid fructífera en Sal 128:3.

En Mr 14:25 por su parte, y de acuerdo con el contexto cultural como sucede hasta hoy, la expresión fruto de la vid, no es otra cosa que el vino; no se puede demostrar que signifique “Jugo de uvas” como sería el caso del copero del Faraón en Gn 40:11.

La bendición por el vino dice expresamente:

Bendito Eres Tú Adonay nuestro Dios soberano del Universo, creador del fruto de la vid

En lo que se sobreentiende “y todo lo necesario para disfrutarlo”, al igual que se hace por el pan cuando dice: “Que sacas el pan de la tierra…” donde está implícito todo el proceso para fabricarlo.

El vino también contaba con usos dignos dentro de la medicina por sus propiedades curativas: (1ªTim 5:23, Lc 10:34). De manera que el problema asociado a la bebida no es por su uso sino por su abuso. Por eso, el Nuevo pacto enseña que en el embriagarse hay disolución (Ef. 5:18) no en el vino claro está. (Cf. Prv 23:31) También se enseña que “los que sirven a Dios, no deben ser dados al vino” (1ªTim 3:3,8). A las damas también se les recuerda este mismo principio en Tt 2:3: “…que no sean esclavas del vino” dado que esta conducta es un lubricante para la salida de comportamientos desvergonzados o desaforados (1ªP 4:3 Is 5:11 Prv 21:17) Así pues con todo este perfil acerca del vino, concluimos que:

· NO está mal ingerir vino en tanto no se pierda conciencia de las cosas y que no afecte la salud.

· No se debe abusar del mismo para incurrir en actos deplorables buscando luego una justificación.

· NO se debe olvidar que la escritura condena a los borrachones y bebedores así como a los glotones e impúdicos.

· NO se debe olvidar que nunca la libertad es hacer lo que uno quiera, sino querer lo que uno hace, en nuestro caso, la agradable y perfecta voluntad de Dios, porque somos sus sacerdotes y el pueblo que proclama sus virtudes.

· No se debe olvidar que nada comparte Cristo con Bliya’al. Así que si se va a ingerir vino, que no sea en un lugar dedicado. (Discotecas, Bares y otros)

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