En el presente artículo, trataremos ese punto neurálgico referente a la cuestión del uso o no, de ciertas prendas de vestir del tiempo moderno, concebidas inclusive como neta y evidentemente femeninas. El problema y la gravedad no radican en el uso o no de esas prendas (cada quien puede y es libre de decidir si se acoge a ciertas costumbres, si es que de distinguirse se trata sin que critique a otros que no la comparten) sino en que, al igual que los judaizantes en la época de la carta a los gálatas, se ha hecho de la tradición un requisito para la salvación y el acceso a la vida eterna a tal punto que se ve con malos ojos el no observar tales dogmas que carecen de toda base bíblica y que resultan ridículas si la norma por la que se conciben, se aplicara en todo caso y cosa.
La base textual (‘asmajtá’) de la que se ha alimentado durante años tan innecesario cerco es hoy por hoy Dt 22:1-5; a continuación, analizaremos ese texto desde el hebreo en cada detalle que sea necesario, con el fin objetivo de mostrar lo que realmente dice y cuál es el entendimiento adecuado del mismo para traer edificación al cuerpo de Cristo y lejos de pretender derrumbar e inmiscuirse en lo que cada iglesia haya determinado según su costumbre; cada cual es libre, y la palabra también.
דברים כב
לֹא-תִרְאֶה אֶת-שׁוֹר אָחִיךָ אוֹ אֶת-שֵׂיוֹ נִדָּחִים וְהִתְעַלַּמְתָּ מֵהֶם הָשֵׁב תְּשִׁיבֵם לְאָחִיךָ. א
בוְאִם-לֹא קָרוֹב אָחִיךָ אֵלֶיךָ וְלֹא יְדַעְתּוֹ וַאֲסַפְתּוֹ אֶל-תּוֹךְ בֵּיתֶךָ וְהָיָה עִמְּךָ עַד דְּרֹשׁ אָחִיךָ אֹתוֹ וַהֲשֵׁבֹתוֹ לוֹ.
ג וְכֵן תַּעֲשֶׂה לַחֲמֹרוֹ וְכֵן תַּעֲשֶׂה לְשִׂמְלָתוֹ וְכֵן תַּעֲשֶׂה לְכָל-אֲבֵדַת אָחִיךָ אֲשֶׁר-תֹּאבַד מִמֶּנּוּ וּמְצָאתָהּ לֹא תוּכַל לְהִתְעַלֵּם. {ס}
ד לֹא-תִרְאֶה אֶת-חֲמוֹר אָחִיךָ אוֹ שׁוֹרוֹ נֹפְלִים בַּדֶּרֶךְ וְהִתְעַלַּמְתָּ מֵהֶם הָקֵם תָּקִים עִמּוֹ. {ס}
ה לֹא-יִהְיֶה כְלִי-גֶבֶר עַל-אִשָּׁה וְלֹא-יִלְבַּשׁ גֶּבֶר שִׂמְלַת אִשָּׁה כִּי תוֹעֲבַת יְהוָה אֱלֹהֶיךָ כָּל-עֹשֵׂה אֵלֶּה. {פ}
1) No verás el toro de tu hermano o su cordero desterrados y vas esconderte[1] de ellos; habrás de hacerlos regresar[2].
2) Y si no está cerca tu hermano a ti[3], y también, si no lo conocieses, lo recogerás al interior de tu casa y estará contigo hasta buscarlo tu hermano y lo harás regresar a él[4].
3) Y así (sucesivamente) harás por su asno, y así harás por su cobertor[5], y así mismo harás por cualquier cosa perdida de tu hermano, que se pierda de él y tú lo encontrares; no podrás esconderte1.
4) No verás el asno de tu hermano o su toro desplomados en el camino y vas a esconderte1 de ellos; Habrás de levantarlo junto con él.
5) No habrá accesorio de Varón sobre mujer, ni vestirá varón traje de mujer, porque abominación de YHWH tu Dios cualquier hacedor de estas cosas.
Como se puede apreciar, el texto se refiere a la ley general de las cosas perdidas: “y así mismo harás por cualquier cosa perdida de tu hermano, que se pierda de él y tú lo encontrares; no podrás esconderte”.
Con estas cláusulas claras, se exponen los límites del universo de casos y posibilidades en las que alguien pudiera encontrarse en una situación como ésta de modo que se sirviera de ellas para configurar el procedimiento divino; con esto, se plantea además un profundo sentido de pertenencia que pone en relieve, el principio de “hagan con los hombres, lo que quisieseis que fuese hecho con vosotros”. El mandamiento se extiende inclusive como se ha dicho, a prevenir la idea de la indiferencia y la falta de solidaridad y cooperación por eso reafirma el concepto con la frase: “Habrás de levantarlo junto con él”.
Con todo lo anterior, tenemos que el verso 5, es una conclusión para aquellas cosas que no fueren tan evidentes o que pudieran considerarse de poca cuantía, o destinada a terceros:
No habrá[6] accesorio[7] de Varón sobre mujer, ni vestirá varón cobertor[8] de mujer, porque abominación de YHWH tu Dios cualquier hacedor de estas cosas.
Así, la conclusión es que si la abominación radica en retener las cosas perdidas pertenecientes al prójimo o mostrar indiferencia ante la necesidad y la angustia del otro, ¡cuánto más si las pertenencias son del otro género siendo mucho más evidente y reprochable por la evidente mala intención!; queda así expresado el robo por hipérbole.
En conclusión, el texto no habla de aquello que se ha vuelto un requisito para la salvación en tiempos modernos como ser, la prohibición de usar pantalones femeninos en las mujeres, pues en tal caso deberían prohibirse también los anillos en ellas y habría que determinar minuciosamente si los lentes, los relojes, los sombreros y otros accesorios son de varón o de mujer. Además, en aquel tiempo, ambos sexos usaban de túnicas (¡y nadie venga a hablar de cosas que no ha visto, insinuando que eran de colores diferentes!).
El pueblo de Dios sabe conducirse como es digno, y por lo tanto, no debe ponerse en boca de Dios algo que no ha mandado; si ni los mismos apóstoles repararon en estas cosas, ¿quién se cree aquel que enseña a poner tropiezo a los creyentes?
¿No está el espíritu Santo morando entre nosotros? El espíritu santo nos guiará a toda verdad
Shalom a todos y que el Mesías nuestro Señor Yehoshúa’ Jay veQayam[9], regrese pronto y en nuestros días, ‘amén.
[1] En la versión Reina-Valera (1960), se ha vertido por: “No le negarás tu ayuda”. A decir verdad, el verbo לְהִתְעַלֵּם lehit’alem, que aparece en este verso, tiene como base, la raíz ‘lm עלם que significa “ocultar”, “subyacer” (Curiosamente, de esta raíz, deriva la palabra עוֹלָם ‘olam, que significa: mundo, universo, tiempo escondido etc.) se encuentra además en edificio Hitpa’el, que se usa para las ideas transitivo-intransitivas (‘Eliyahu Haleví ‘Ashkenazi, Séfer Habajur, ma’amar 1º, ‘Iqar 1º pág 6) de modo que muchas veces equivale a un reflexivo en español; por esta razón, y siguiendo la sintaxis en hebreo, se ha rendido por “y vas a esconderte” o sea, mostrar indiferencia.
[2] Esta cláusula, se refiere al animal que se halle fuera del dominio del prójimo sin que éste lo sepa y que por lo tanto, se encuentre en peligro de ser robado. Así que bastará con devolverlo a su predio aunque el hermano no se encuentre por ahí (esto es obedecer aun en lo secreto).
[4] Se puede traducir: “Y se lo regresarás”, “se lo devolverás” (Reina-Varela 1960). Queda estrictamente prohibido retener a sabiendas, cualquier objeto o bien de otra persona.
[5] Ver nota Nº 8.
[6] La idea es de no se hallará; extrañamente, la Versión Reina-Varela, ha rendido “vestirá” que refleja más bien un dogma humano, que el asunto regulado aquí.
[7] La palabra hebrea Kli כְּלִי, denota desde un vaso de alfarero (Sal 2:9) hasta las joyas de una novia para su matrimonio (Is 61:10) pasando por el concepto de utensilio (cucharas, tenedores etc.), como los que había en el tabernáculo y el templo (Ex. 25:39). Así que un término que propongo para englobar todos estos objetos, es el de “accesorio”. Por tanto, el texto no habla de “traje” como sugiere la Reina-Varela (1960) sino principalmente de joyas y otros accesorios de varón, como ser un sello, un sable, una joya un bastón etc. y todo aquello portable por un hombre.
[8] Aquí, la palabra hebrea שִׂמְלָה Simláh hace referencia a los cobertores tipo mantilla/velo “generalmente con un sello personal como ser un bordado o cualquier otro distintivo” (Jastrow Marcus, “A Dictionary of the Targumim, the talmud Babli and Yerushalmi and the Midrashic Literature”, pág. 1596). El targúm de ‘Onqlos (la versión aramea) sobre ese pasaje, usa la palabra כְּסוּתKsut (cobertor). Por lo tanto, no es que el varón vaya a vestir como mujer, como afeminadamente, sino que vaya a esconderse la prenda para no devolverla, que es lo que aquí se trata. Para los casos de aberración sexual y asociados, remítase al capítulo 18 de Levítico; así que de aquí en adelante, nadie cause molestia a la iglesia.
Muy buena aclaración, es importante separar la levadura y las tradiciones, que cada uno es libre de seguir, de lo realmente mandado por el Eterno. Sin embargo, ¿qué hay de aquellas personas que, siendo hombres, se visten de mujeres (travestis) aunque digan que lo hacen por diversión, sin ser homosexuales? Por comedia por ejemplo. Muchas gracias y Shabat Shalom.
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