EL ANTIGUO TESTAMENTO
¿Qué significa aquello de “Antiguo Testamento”?
La designación “ANTIGUO TESTAMENTO” tiene como sustento la expresión neo-testamentaria ubicada en 2Co 3:14 (η παλαια διαθηκη Hë Paléa Diathëkë) y de manera indirecta en Heb 8:13 (πεπαλαιωκεν pepaléoken). A decir verdad es muy provechoso revisar el sentido de ambas palabras en el contexto semítico antes de hacerlo desde una óptica griega, pues así podemos encontrar elementos importantes que nos permitirán contemplar la relación existente entre los propósitos recogidos en éstos dos conjuntos de escritos (A.T y N.T.).
Cuando se usó por primera vez en la Biblia la palabra griega διαθηκη diathëkë, fue como traducción de la idea hebrea de ברית Brit (Gn 6:18) y en ese mismo contexto figura por otras siete veces en Gn 9:9,11, 12, 13, 15, 16, 17.
Lo interesante del asunto es que es Dios quien inicia y concreta esta primera Brit con Nóaj (Noé); justamente la segunda Brit (con ‘Avraham, Gn 15:18) es también ofrecida y concretada por Dios y una tercera Brit es la que figura en Ex. 19:5; 24:7-8 refiriéndose a los diez mandamientos, también ordenada por Dios.
Lo anterior viene para enseñar que una Brit es una condición y/o promesa ofrecida unilateralmente por una parte que se encuentra en posición dominante para favorecer a otra en posición desventajosa (Gn. 17:2, 4, 7, 9; 21:27, 32; 26:28; 31:44, Ex. 23:32, Heb. 7:7).
Así pues, lejos de ser un derecho natural o meritorio por ser descendiente ó poseer algún mérito para recibirla, una Brit es un acto de gracia y -como está escrito-, ni aun siendo entre hombres, nadie siendo su beneficiario, la abroga ni la reemplaza, sencillamente porque no puede ni mucho menos le conviene (Gál. 3:15).
Una de las grandes promesas que Dios otorgó en la escritura es que se acordaría de la Brit concretada con los padres (Dt. 4:31, Lv. 26:42) llamada antigua en Lv. 26:45. En realidad la frase completa en hebreo es ברית ראשונים Brit-Ri’shonim que debe ser traducida “La Brit de los primeros”. Este, es pues justamente el sentido original de la expresión “antiguo testamento” que el apóstol Pablo utiliza en 2ªCo 3:14: Las promesas hechas por Dios a los primeros (para el caso, ya sabemos que se trata de los creyentes desde Noé hasta David con quien se concreta el último de los pactos patriarcales Sal. 89:3). Es importante recordar que dentro de estas grandes Briyot (plural de Brit), hubo una por ejemplo, concedida a ‘Aharón y sus hijos por un tiempo solo conocido por Dios (Nm 25:10-13) con su propia ley sobre la descendencia y los sacrificios, y que se desarrolló en su máxima expresión en la Brit del sacerdocio de Malkitzédeq (Melquisedec, Hb. 7:11-17) que para nada insinúa -y de hecho es inconcebible que lo haga-, la abolición de las promesas de Dios. Jesús mismo dijo (Mt. 5:17):
אל תחשבו שבאתי לבטל את התורה או את הנביאים, לא באתי לבטל אלא
לקים
“No penséis que he venido para abrogar (dejar sin sostén) la Toráh o los profetas, no he venido para abrogar sino para cumplir (dar fundamento, vigencia).
Pues las palabras de la Toráh, de los profetas y los salmos, están empapadas y cargadas de las promesas y de los pactos ofrecidos por Dios. Así que cuando el texto de Hebreos 8:13dice: “…y lo que se da por viejo está próximo a desaparecer”, se refiere concretamente al pacto del sacerdocio junto con su ley específica de sacrificios y descendencia, y nunca a las promesas de Dios establecidas desde antiguo1.
Con lo anterior creo que llegamos a una importante disociación: Una cosa son las Briyot de Dios hechas a los primeros, que él ha cumplido y cumplirá, y otra los textos en los que se encuentran descritas. Así pues, a la hora de hablar de A.T. debemos recordar el valor que tienen esas palabras según lo demostrado arriba y usar de mucho cuidado pues se trata de las promesas de Dios (Hch 13:32-33). De modo que si nos vamos a referir más bien a los textos que contienen tales promesas, sería oportuno hacerlo como lo hizo Jesús nuestro maestro ó los apóstoles:
a) La(s) Escritura(s) [Heb. (ות)המקרא Hamiqrá’(ot)] 2ªTim 3:16, 2ªP 3:16, Jn 5:39, 10:35 Hch 18:24,28
b) Las sagradas escrituras (Heb. כתבי הקדש Kitvéy HaQódesh) 2ªTim 3:15
c) La ley los Profetas y los Salmos (Heb. תנ"ך TaNa”J) Lc 24:27, 44
Todas las cuales vienen en uso desde la antigüedad y todavía se utilizan entre los judíos. Ahora bien, con esta última designación pasaremos a explorar el contenido y contexto de los libros que contienen la Brit-Ri’shonim.
Toráh:
Lejanamente entendida como “Ley”2, no es otra cosa que la instrucción3 de Dios (Prv 4:2); luego cada palabra, cada verso, cada pasaje de la escritura es Toráh por su naturaleza.
Sin embargo, a menudo se le llama también Toráh a los cinco primeros libros de las sagradas escrituras; otra denominación es Jumásh ó “Pentateuco”. Como el sentido general es instrucción, a veces se refiere a normas específicas como las de los sacerdotes vista arriba.
Escrita en un hebreo sencillo, con solo dos palabras en pleno arameo (pronunciadas por Laván en Gn 31:47), por medio de Moisés, contiene básicamente desde el relato de la creación y el desarrollo del “proyecto simiente” hasta la formación de la nación hebrea y su introducción en la tierra prometida de acuerdo con la promesa dada a ‘Avraham (Gn 15:13-14).
En cuanto a la creación, a pesar de la insistencia de muchos en afirmar ligeramente que el relato bíblico es la adaptación hebrea de poemas antiguos como el Enuma Elish o el Avesta por ejemplo, se distingue por el hecho de colocar la creación al servicio del hombre y no al hombre como siervo de ésta como lo hacen todas las religiones y textos creados por éste. Ya este punto es vertical y radicalmente distintivo pero además, pone de manifiesto que el estado actual de cosas está dañado y lejos de su apariencia y propósito original (contrario al concepto griego de Kosmos), conservando sin embargo la esperanza de su plena restauración. Por otra parte demuestra que al pesar de no estar concebida como una herramienta intelectual, es capaz de avergonzar con su solemne sencillez a los sabios de este mundo cuando pretenden enfrentarse a ella y desafiar su veracidad, porque es orgánica y viva coherente y cohesiva y esto da cuenta de su divina inspiración y aleja toda sospecha de ubicarla como una simple joya literaria.
Si realmente deseamos entender en buena medida su esencia, es muy provechoso tener en cuenta los siguientes aspectos identificados por la hermenéutica judía:
a) Los numerosos paralelismos que se utilizan; por ejemplo, para ilustrar la dimensión que posee este magnífico cuerpo textual, tenemos lo que decía David (Sal 19:7):
“La Toráh de YHWH es perfecta, restituyente de ánimo; el testimonio de YHWH es fiel, hace sabio al sencillo”
(Sal 119:1)
“Felices los íntegros de camino; (son) los que andan en la Toráh de YHWH”
b) La forma de redacción y ubicación de los pasajes: En ocasiones, se presenta el caso de mezcla de perícopas, ello significa que es posible encontrar pasajes lejos de su lugar ó en su defecto ubicados estratégicamente; esto resulta ser un ejercicio muy exigente y a su vez conduce a un estudio dedicado de los libros. (Una perícopa puede ser un capítulo ó un grupo de éstos).
Más allá del significado exacto de cada palabra que de por sí no deja de causar divergencias, tenemos la luz que nos ha traído la revelación de Jesús el Mesías sobre los elementos substanciales y edificantes para los propósitos de la vida.
La Toráh fue escrita en un lenguaje narrativo, con numerosas inserciones de tipo poético, propios de la comprensión semítica y que hoy poco a poco han podido identificarse cada vez mejor. Para su adecuada comprensión, debemos tener en cuenta las dos posiciones que existían en el antiguo Yisra’el a la hora de interpretarla y que hoy sin duda constituyen una unidad indisoluble: La basada en el análisis puramente lingüístico y la otra basada en las huellas de la historia.
Seguido a esto, tenemos que a través de los profetas, se anunciaba el advenimiento de una ברית חדשה Brit Jadasháh ó nueva Brit que tendría por objeto “apartar la iniquidad de Jacob” (Is 59:20; Jer 31:33; Rom 11:27) y magnificar y amplificar lo consignado en el texto de la Brit del Sináy (Is 42:21, Heb 8:6) la cual a su vez era la amplificación de las promesas hechas a ‘Avraham basada en la fidelidad de Dios, la misma que venía desde la promesa de la simiente (Gn. 3:15). Por eso es impensable que la Ley se oponga o sea opuesta a la gracia de Dios por cuanto emana y es una expresión de ésta (Rom. 3:31).
1 Pues en efecto la destrucción del segundo templo era inminente y quienes ejercían el oficio ya no eran descendientes de ‘Aharón sino cuotas burocráticas y diplomáticas entre romanos y dirigentes herodianos.
2 Debido a la palabra griega νομος (nómos) que se utilizó en para traducirla
3 De hecho la palabra proviene de la raíz hebrea ירה (Yaráh, “lanzar” Ex. 15:4, Sal 11:2) que en su forma Hif’il (causativa-activa) הורה (Horáh), significa “dirigir”,“coordinar el lanzamiento”(Sal 25:8,12; 27:11).
4 según lo reconoce u homologa nuestro señor Jesucristo (Lc 24:27, Jn 7:19) hacia el siglo doce antes de la primera venida del Mesías (desde ahora A.P.V.M.=A.C.)
El texto hebreo, sobre Mateo 5, lamentablemente no fue bien leído por blogger en una sola palabra que ubicó mal; de tal manera que lo correcto es:
ResponderEliminarאל תחשבו שבאתי לבטל את התורה או את הנביאים, לא באתי להטל אלא להקים