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viernes, 7 de noviembre de 2014

Y lo disminuirás... ותחסרהו utjasréhu

Por: Eric de Jesús Rodríguez Mendoza[1]

RESUMEN
El presente artículo versa sobre la manera de abordar y/o entender la hermenéutica empleada por los escritores del Evangelio a la hora de demostrar la mesianidad, divinidad y corporeidad de Yehoshúa’ Hanétzer (Jesús el renuevo). Se pretendió lo más sencillo y directo posible, de ahí su extensión no tan considerable. Se presentan los textos de mayor interés en su idioma más antiguo disponible, sea griego, hebreo o arameo, y su respectiva traducción (de propiedad del autor), esmeradamente textual y según el orden sintáctico de base hasta donde sea posible, sin dañar su inteligibilidad en la lengua castellana.

PALABRAS CLAVES: DISMINUCIÓN, HIJO DE HOMBRE, CORPOREIDAD DIVINA.


El Salmo octavo, en su texto virgen, es decir, meramente consonántico, sin la parcialización masorética del siglo VII E.C., fue empleado por quien haya sido o resulte ser el autor de la carta a los Hebreos (más probable el Shalíaj Sha’ul, el apóstol Pablo), para argumentar la mesianidad y la divinidad de Yehoshúa’ Hanétzer (Jesús el renuevo) junto con otros textos del Brit Ri’shonim (Pacto de los primeros, es decir, los patriarcas).

En el capítulo 2 verso 5 se inician una serie de proposiciones que forman el contexto apropiado para luego introducir el citado Salmo:

Οὐ γὰρ ἀγγέλοις ὑπέταξεν τὴν οἰκουμένην τὴν μέλλουσαν, περὶ ἧς λαλοῦμεν, διεμαρτύρατο δέ πού τις λέγων 

Porque no a los ángeles, sujetó el mundo-habitado el venidero, acerca del cual hablamos, mas en algún lugar, alguien dio testimonio diciendo:

מה-אנוש כי-תזכרנו;    ובן-אדם, כי תפקדנו. ו  ותחסרהו מעט, מאלהים;    וכבוד והדר תעטרהו. ז  תמשילהו, במעשי ידיך;    כל, שתה תחת-רגליו.

¿Cuál es el varón que recordarás [es decir], el hijo de ‘Adam que visitarás, [que] lodisminuirás[2] un poco, que ni un ‘Elohim, y que lo coronarás con gloria y hermosura, [que] pondrás a gobernar en la obra de tus manos, y a cuyos pies, sujetarás todo?
Esta traducción se ha hecho teniendo en cuenta dos fundamentos:

1) El valor de Pésher que posee el texto (es decir, el autor no habla de sí mismo, sino de otro) y:
2) La mesianidad extendidamente atribuida al mismo.

Comprender y aplicar estos dos principios de coherencia teológica, además de realizar una lectura del texto virgen, permiten que el mismo no se lea en tiempo pasado sino en tiempo futuro[3]como realmente se encuentran los verbos en el mismo, lo cual lo configura no como una reflexión existencialista de un hombre común, sino como una verdadera profecía mesiánica[4].

Así las cosas, el escritor inspirado, indaga acerca de un hijo de ‘Adam que seríadisminuido a un estado inferior al de un ‘Elohim (portador de la palabra de Dios que bien puede ser un ángel de Dios o un juez de Israel), lo cual indica claramente que antes ostentaba una posición mayor, pero que a pesar de dicha disminución, sería coronadocon gloria y hermosura, y además, se le concedería gobernar en la obra de las manos de Dios y a cuyos pies se sujetaría todo.

Repito; tenemos a un hijo de ‘Adam, que antes era mayor que un ‘Elohim, pero que por medio de un proceso de “disminución” (heb. Jisur), se halló desprovisto de tales capacidades a tal punto, que no tendría el reconocimiento como profeta o juez de Israel, de parte de quienes lo vieran.
En este sentido, bien continúa el autor de la carta a los hebreos razonando:

ἐν τῷ γὰρ ὑποτάξαι αὐτῷ τὰ πάντα οὐδὲν ἀφῆκεν αὐτῷ ἀνυπότακτον. νῦν δὲ οὔπω ὁρῶμεν αὐτῷ τὰ πάντα ὑποτεταγμένα. τὸν δὲ βραχύ τι παρ’ ἀγγέλους ἠλαττωμένον βλέπομεν Ἰησοῦν διὰ τὸ πάθημα τοῦ θανάτου δόξῃ καὶ τιμῇ ἐστεφανωμένον, ὅπως χάριτι Θεοῦ ὑπὲρ παντὸς γεύσηται θανάτου. 

Porque en el sujetar a él todo, nada dejó a él insujeto. Pero ahora todavía no vemos que a él todo esté sujeto. Sin embargo, al que fue disminuido un poco menos que un ‘Elohim,vemos; a Yehoshúa’ (Jesús), a pesar del padecimiento de la muerte, de gloria y hermosura coronado; el cual, por la gracia de Dios, por todos, gustó la muerte.

Con estas palabras, el autor enfatiza que Yehoshúa’ (Jesús), es el agente de quien se habló en el Salmo citado y que probó su disminución, llegando al punto de gustar la muerte, y muerte de cruz, contado entre los bandidos y culpables.

Este tema, tiene un gran paralelo en la carta de Rabán Sha’ul a los filipenses en donde dice (2:6):

ὃς ἐν μορφῇ Θεοῦ ὑπάρχων οὐχ ἁρπαγμὸν ἡγήσατο τὸ εἶναι ἴσα Θεῷ, ἀλλὰ ἑαυτὸνἐκένωσεν μορφὴν δούλου λαβών, ἐν ὁμοιώματι ἀνθρώπων γενόμενος· καὶ σχήματι εὑρεθεὶς ὡς ἄνθρωπος ἐταπείνωσεν ἑαυτὸν γενόμενος ὑπήκοος μέχρι θανάτου, θανάτου δὲ σταυροῦ.

el cual en forma de Dios pre-empezando, no-cosa-valiosa consideró ser igual a Dios, sino que a si mismo se disminuyó[5], forma de siervo tomando, en semejanza de hombre viniendo a existir, y -habiéndose encontrado- en esquema como hombre, se rebajó[6] a sí mismo, viniendo a ser obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Basta por consiguiente retomar dos ideas centrales básicas:

1)    Aceptar que los ángeles tienen cuerpo.
2)    Aceptar que Yehoshúa’ (Jesús), es superior a los ángeles y es igualmente corpóreo.

La corporeidad de los ángeles se atestigua por primera vez en el libro de Bere’shit, (Génesis), capítulo 18:2,8,16,22 y 19:1,10-13. En estos pasajes, se advierte su capacidad material de interactuar con la comida, y con los humanos. Al igual que este pasaje, existen muchos otros versos bíblicos que declaran la corporeidad de los ángeles y sus extraordinarias habilidades.

En cuanto al segundo punto, es claro que Yehoshúa’ (Jesús) no era un ángel, ni “El ángel del Señor”, ni “el príncipe del ejército de Dios” sino un ser con la misma capacidad corpórea de los ángeles pero más sublime que los cielos. La corporeidad del Mesías, se hace patente no sólo por su estadía en la tierra desde su nacimiento hasta sus lágrimas en la tumba de ‘El’azar (Lázaros), sino también después de su resurrección, como está escrito (Lc 24:38-43):

38 Y Él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y por qué surgen dudas en vuestro corazón? 39 Mirad mis manos y mis pies, que soy yo mismo; palpadme y ved, porque un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo. 40 Y cuando dijo esto, les mostró las manos y los pies. 41 Como ellos todavía no lo creían a causa de la alegría y que estaban asombrados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? 42 Entonces ellos le presentaron parte de un pescado asado. 43 Y Él lo tomó y comió delante de ellos.

De igual modo, Pedro, en la gran predicación en el día de Shavu’ot (pentecostés), exclamó (Hch: 2:22ss ):

22 varones israelitas, escuchad estas palabras: Yehoshúa’ Hanétzer (Jesús el renuevo),varón confirmado por Dios entre vosotros con milagros, prodigios y señales que Dios hizo en medio vuestro a través de él, tal como vosotros mismos sabéis,  23 a éste, entregado por el plan predeterminado y el previo conocimiento de Dios, clavasteis en una cruz por manos de impíos y le matasteis, 24 a quien Dios resucitó, poniendo fin a la agonía de lamuerte, puesto que no era posible que el quedara bajo el dominio de ella.

25 porque David dice de él:
          veía siempre al señor en mi presencia;
          pues está a mi diestra para que yo no sea conmovido.
26 por lo cual mi corazón se alegró y mi lengua se regocijó;
          y aun hasta mi carne descansara en esperanza;
27 pues tu no abandonaras mi garganta (todo mi ser) en el Sh’ol,
          No permitirás que tu piadoso vea corrupción.
28 me has hecho conocer los caminos de la vida;
          me llenaras de gozo con tu presencia.
                                                   
29 hermanos, del patriarca David os puedo decir confiadamente que murió fue sepultado, y su sepulcro está entre nosotros hasta el día de hoy.
30 pero siendo profeta, y sabiendo que Dios le había jurado sentar a uno de sus descendientes en su trono,
31 miró hacia el futuro y habló de la resurrección de Mashíaj, que no fue abandonado en el Sh’ol, ni su carne sufrió corrupción.
32 a este Yehoshúa’/Jesús, resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
33 así que, exaltado a la diestra de Dios[7], y habiendo recibido del padre la promesa del espíritu santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.

34 porque David no ascendió a los cielos, pero él mismo dice:
          dijo el señor a mi señor:
          siéntate a mi diestra,
35 hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.

36 sepa, pues, con certeza toda la casa de Yisra’el, que a este Yehoshúa’ (Jesús) a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Mashiaj.

En otro lugar, un segundo escritor del Evangelio, expresa lo siguiente (1Jn 1:1ss):

1 Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que han palpado nuestras manos, acerca del Verbo de vida 2 (pues la vida fue manifestada, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre y se nos manifestó); 3 lo que hemos visto y oído, os proclamamos también a vosotros, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y en verdad nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Yehoshúa’ Hamashíaj (Jesucristo). 4 Os escribimos estas cosas para que nuestro gozo sea completo.


Con todo esto en mente, se puede atisbar que los Apóstoles entendieron que Yehoshúa’ Hamashíaj (Jesús el mesías), era y es la vida eterna, palpable, tangible por manos humanas, por lo cual, con toda autoridad dijo: “Yo soy la resurrección y la vida, el que crea en mí, aunque esté muerto, vivirá”. En otro lugar, el Shalíaj Sha’ul (el apóstol Pablo) añade (1Tim 3:16):

E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad, el cual fue manifestado en la carne, justificado por el Espíritu, contemplado por ángeles, proclamado entre las naciones, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.

Debió ser una gran sorpresa para los ángeles ver pasar hacia la tierra (aunque ya no en toda su gloria, sino disminuido), a aquel que habita en la luz inaccesible, ante quien los serafines cubrían su rostro por causa de la potencia de su luz y su santidad (Is. 6).

Por esta misma razón, el escritor de la carta a los hebreos, plantea, por medio de Drash, tercer nivel de interpretación, un diálogo interesante entre “el hijo (disminuido) y el padre” para ese momento de la despedida de caras a su venida a la tierra con claros y concretos propósitos salvíficos (Heb. 2:11ss):

11 porque tanto el que santifica como los que son santificados, son todos de un padre; por lo cual Él no se avergüenza de llamarlos hermanos,
12 diciendo:
          anunciaré tu nombre a mis hermanos,
          en medio de la congregación te cantare himnos.(Salmo 22:22)
13 y otra vez:
          “y yo lo esperaré de vuelta (Is 8:17)[8].
          y otra vez:
          he aquí, yo y los hijos que Dios me dio (Is. 8:18).

14 así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangreÉl igualmente participó también de lo mismo, para anular mediante la muerte el poder de aquel que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo, 15 y librar a los que por el temor a la muerte, estaban sujetos a esclavitud durante toda la vida.

Ahora bien, el mismo Yehoshúa’ horas antes de su partida de la tierra, expresa una contundente afirmación (Jn 17:5):

Y ahora, glorifícame tú, Padre, junto a ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera.

Si se ha dicho que los ángeles poseen una corporeidad incorruptible, que es capaz de habilitar funciones para compatibilizar con este mundo, y siendo claro que Yehoshúa’ ascendió a los cielos con cuerpo físico incorruptible (Hch. 1:9:11):

Después de haber dicho estas cosas, fue elevado mientras ellos miraban, y una nube le recibió y le ocultó de sus ojos. 10 Y estando mirando fijamente al cielo mientras Él ascendía, aconteció que se presentaron junto a ellos dos varones en vestiduras blancas, 11 que les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Yehoshúa’ (Jesús), que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo.  

 Para completar esta serie de ideas y verdades, el Shalíaj Sha’ul concluye con certeza el tema de la siguiente manera (1Cor. 15:35ss)

35 Pero alguno dirá: ¿Cómo resucitan los muertos? ¿Y con qué clase de cuerpo vienen? 36 ¡Necio! Lo que tú siembras no llega a tener vida si antes no muere; 37 y lo que siembras, no siembras el cuerpo que nacerá, sino el grano desnudo, quizás de trigo o de alguna otra especie. 38 Pero Dios le da un cuerpo como Él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo. 39 No toda carne es la misma carne, sino que una es la de los hombres, otra la de las bestias, otra la de las aves y otra la de los peces. 40 Hay, asimismo, cuerpos celestiales y cuerpos terrestres, pero la gloria del celestial es una, y la del terrestre es otra. 41 Hay una gloria del sol, y otra gloria de la luna, y otra gloria de las estrellas; pues una estrella es distinta de otra estrella en gloria. 42 Así es también la resurrección de los muertos. Se siembra un cuerpo corruptiblese resucita un cuerpo incorruptible; 43 se siembra en deshonra, se resucita en gloria; se siembra en debilidad, se resucita en poder; 44 se siembra un cuerpo natural, se resucita un cuerpo espiritual. Si hay un cuerpo natural, hay también un cuerpo espiritual. 45 Así también está escrito: El primer hombre, Adám, fue hecho Néfesh jayah. El último AdámNishmat jayim. 46 Sin embargo, el espiritual no es primero, sino el natural; luego el espiritual. 47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre es del cielo. 48 Como es el terrenal, así son también los que son terrenales; y como es el celestial, así son también los que son celestiales. 49 Y tal como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.

En este pasaje, el Shalíaj Sha’ul, (Apóstol Pablo), comprende un Sod (máximo nivel de revelación de las escrituras): Cuando el libro de Génesis capítulo 2 habló de la formación del hombre, éste fue un Néfesh jayah, como el resto de los animales y entidades biológicas que surgieron en la creación, como las aves, los reptiles y demás seres vivientes. NO obstante, Dios introduciría en el futuro (y de hecho el verbo está en futuro), “el Nishmat-jayim”, el espíritu vivificante, el cual es Yehoshúa’ Hamashíaj, dado que lo espiritual no es primero, sino lo terrenal,  luego lo espiritual.

FIN DE ESTA PRIMERA PARTE


BIBLIOGRAFÍA Y ENLACES:


Enlaces de la bliblia:
Texto griego del Nuevo testamento: http://bibliaparalela.com/text/hebrews/2-5.htm
Texto hebreo del Antiguo testamento: http://www.mechon-mamre.org/i/t/t2608.htm
Raíces del hebreo Bíblico: http://tora.us.fm/tnk1/ljon/jorj/qvucot.html
Academia de la lengua hebrea: http://hebrew-terms.huji.ac.il/
HATCH, Edwin, REDPATH, Henry (1976). A concordance to the Septuagint and the other Greek versions of the Old Testament.


[1] Profesor asociado de Estudios judaicos para e-teacher Biblical de Israel, y para el Seminario Teológico de Miami, presidente de la Congregación Mesiánica Shiloh, traductor Bíblico, Economista y Minor en ingeniería industrial, Universidad del Atlántico.

[2] En el sitio web oficial de la academia de la lengua hebrea, (http://hebrew-terms.huji.ac.il/), se puede buscar la raíz חסר y apreciarse el sentido de “sustraer, disminuir” que se le confiere. Para corroborar lo dicho, se remite al lector, a la página especializada en hebreo bíblico: http://tora.us.fm/tnk1/ljon/jorj/xsr.html donde se constata el sentido de “hacer carecer” “quitar”.

[3] En este caso, el arca: ותחסרהו no se lee “vatjasréhu” “que lo disminuiste”, sino utjasréhu” “que lo disminuirás”. Se le llama arca a cada bloque de palabras de la Escritura, que puede contener, sustantivos, preposiciones, conjunciones, sufijos pronominales, etc.


[4] La vocalización masorética se movió por el principio de la vav conversiva y condujo a que muchos pasajes, se entendieran en pasado, cuando en realidad se trata de un auténtico futuro. No es posible establecer el tipo de razón que subyace a este fenómeno, aunque no se descarta el hecho de querer ocultar, 700 años después, la base textual empleada por los escritores del Evangelio.

[5] De manera impresionante, y gracias a la concordancia de Hatch-Redpath, se puede comprobar que la misma raíz hebrea חסר del Salmo 8, que aquí se ha traducido como “disminuir”, fue traducida en la septuaginta por la palabra griega κενόω  (se despojó, se vació), en Is. 32:6. Traducida en español como “privar de”. ולדבר אל-יהוה תועה, להריק נפש רעב, ומשקה צמא יחסיר 


[6] De igual modo, gracias a la concordancia de Hatch-Redpath, se puede comprobar que la palabra hebrea שפל “bajeza, inferioridad”, fue traducida en la Septuaginta por la palabra griega ταπεινόω en Sal. 136:23: שבשפלנו, זכר לנו, en español, “el que nuestra bajeza, nos recuerda”.

[7] La diestra de Dios, no es otra cosa que un semitismo para referirse al cielo, en el cual existe el así llamado “trono de la majestad”, Kisé’ demalká’.

[8] En este caso, el verso completo dice: וְחִכִּיתִי לַיהוָה הַמַּסְתִּיר פָּנָיו מִבֵּית יַעֲקֹב וְקִוֵּיתִי לוֹ. “Esperaré por YHWH el que ahora esconde su rostro de la casa de Ya’aqov (y Dios es quien responde): ‘Y yo lo esperaré de vuelta’”. El Shalíaj Sha’ul, emplea una regla llamada Sidur shenehlaq (secuencia interrumpida), para indicar que el Mesiás (como sujeto pasivo tácito en el verso), vendría a dar la cara que Dios había estado escondiendo.