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miércoles, 6 de noviembre de 2013

¿La Ley produce ira?


Existen cuatro pasajes de cierta complejidad en las cartas que escribió el Apóstol Pablo, que por haber sido mal traducidos, o entendidos, han terminado de fundamento de teologías en el mejor de los casos alejadas de la ciudadanía de Israel (por no decir antisemitas o anti-Toráh), y que por siglos han contribuido al distanciamiento entre los Creyentes y la importancia y riqueza del TaNa”J (Toráh, Profetas y Escritos, mal llamado “Antiguo Testamento”).

Los pasajes de los que trata este artículo, comienzan con un “por que”, conjunción explicativa, de ahí que el nombre de esta serie de post sea “Los por qués de Rabán Sha’ul”.

Así pues, el primero de estos versos, se encuentra en la carta que escribió el Shalíaj (Apóstol) a los creyentes y vecinos de Romi (Roma) en el capítulo 4. Concretamente el verso 15. Veamos las versiones corrientes en castellano y posteriormente el texto griego y las alternativas de traducción:

RV Antigua: Porque la ley obra ira; porque donde no hay ley, tampoco hay transgresión.
RV 1960:    Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.
RV 1995:    La ley produce ira; pero donde no hay Ley, tampoco hay transgresión.
NVI: La ley, en efecto, acarrea castigo. Pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.
DHH: Porque la ley trae castigo; pero donde no hay ley, tampoco hay faltas contra la ley.
BDA: porque la ley produce ira, pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.

casi todas estas versiones coinciden en un mismo sentido: Al parecer la Ley, la Palabra del Dios viviente, es causa de “ira”.

Según el diccionario virtual de la Real Academia de la Lengua Española, la ira está definida como:

(Del lat. ira).
1. f. Pasión del alma, que causa indignación y enojo.
2. f. Apetito o deseo de venganza.
3. f. Furia o violencia de los elementos.
4. f. pl. Repetición de actos de saña, encoño o venganza.

Será posible, coherente y justo pensar que el Dios santo y perfecto en sus caminos introduciría un “elemento irritante” que tendría esa función maléfica de producir  ira?, ¿ira en quien? ¿en Dios? ¿en el hombre? ¿Se trata en realidad de la Ley de Dios? Pues, definitivamente la investigación lingüística conduce a otras conclusiones.

veamos en primer lugar el texto griego en cuestión, tomado de la edición Nestle-Aland No. 26.

Ό γαρ νόμος οργην κατεργάζεται. ου δε ουκ έστιν νόμος ουδε παράβασις

Jo gar nómos órgën katergázetê, û de ûk éstin nómos, ûde parávasis.

Ahora bien, con el texto visualizado, y como método exegético, se procede a entender el empleo de las palabras que hacen que el texto sea complejo, para el caso, νόμος (Nómos, traducido por “Ley”), οργην  (Orgë, traducido por “ira”), y παράβασις (Parávasis, traducida por “transgresión”).

Al consultar la eminente obra de Edwin Hatch y Henry A. Redpath titulada: A concordance to the Septuagint and the other Greek versions of the Old Testament”, en el volúmen II, página 947, columna B, se halla que la palabra νόμος fue empleada para traducir 7 palabras hebreas a saber:

משפט mishpat, juicio, procedimiento דבר Davar, palabra, asunto.
מצוה mitzváh, competencia דת Dat, orden jurídico, Ley.
תורה Toráh, Instrucción חק, חקה Joq, Ley, regla.
פתגם orden.

De igual modo, en el volúmen II, página 1008, columna B, se halla que la palabra griega οργη tuvo que emplearse para al menos 14 vocablos hebreos y arameos a saber:

אף, זעם, זעף חמה, חמא, חרון, חרי, כעס, כעש, נאצה, סופה, סער, סערה, עברה, קצף, רגז,

Por su parte, la palabra παράβασις según la obra en cita, página 1056, columna A, sólo correspondió a una palabra en específico en toda el TaNa”J y se trata del vocablo סטים que figura en el Salmo 101:

לֹא-אָשִׁית, לְנֶגֶד עֵינַי--    דְּבַר-בְּלִיָּעַל:עֲשֹׂה-סֵטִים שָׂנֵאתִי;    לֹא יִדְבַּק בִּי.

“No pondré en frente de mis ojos asunto de Bliyá’al; hacer Setim no amo, no se pegará en mí”.

En la RV antigua, la 1960, 1977, y 1995 se tradujo por “los que se desvían”, la NVI vertió: “gente desleal”.

Pues, bien, tanto Jastrow en su obra “A Dictionary of the Targumim, the Talmud Babli and Yerushalmi, and the Midrashic Literature” tomo II, página 972 columna B, como Davidson en The Analitical Hebrew and Chaldee Lexicon, página 705 Columna B, coinciden en que la palabra setim, proviene de la raíz  סטה/שטה (satáh) “desviar(se)”, “devolver(se)” “volverse malo, pero sobre todo, infiel.

Según la academia de la lengua hebrea,  סֵטִים se refiere a lo “anormal”, lo irregular.

Luego, al consultar la excelentísima obra de Gerhar Friedrich Kittel, Theological Dictionary of the New Testament, volumen V, página 739, es claro que παράβασις  (Parávasis) corresponde a “caminar de un lado al otro”, “pasar por encima de”, “transgresión”.

Con todos estos elementos gravitando en nuestra cabeza se plantea la pregunta problema de investigación:

¿Existió confusión en la traducción griega de la Carta a los Romanos, con los dos sentidos plausibles de una misma grafía hebrea considerando que se trataba de dos palabras diferentes en el verso 15 del capítulo 4 de dicha carta cuando en realidad se trata de una sola y la misma palabra y sentido?


Al revisar la literatura rabínica, se tiene que ya existía en los tiempos del Apóstol Pablo y los grandes maestros de Israel, una palabra muy común para transgresión: עברה ‘averáh (Cf. Talmud de Babilonia, Séder Neziqim, Maséjet ‘Avot, cap 2 mishnáh 1, cap. 3 mishnáh 1, cap 4 mishnáh 2, 13, cap. 5 mishnáh 7. Se ha elegido el tratado ‘Avot entre otros tantos textos talmúdicos, por su mayor pertenencia a la época del segundo templo.

Así mismo, se halla que existía otra palabra en hebreo para juicio/procedimiento, equivalente a Mishpat, (traducida por el grieo νόμος /Nómos, traducido por “Ley” en español) y es la palabra דין Din; una clara muestra de esta equivalencia, la tenemos nuevamente en el Talmud de Babilonia, Séder Neziqim, Maséjet ‘Avot, capítulo 1, mishnáh 18:

רבן שמעון בן גמליאל אומר, על שלושה דברים העולם קיים--על הדין, ועל האמת, ועל השלום שנאמר: אמת ומשפט שלום שפטו בשעריכם

Rabán Shim’on Ben Gamli’el (Hijo de Gamaliel) decía: Por tres cosas el mundo existe: Por el Din, por la verdad y por la paz, pues fue dicho: Verdad y juicio, paz, defiendan en sus puertas (Zac 8.16)

De manera que con estas nuevas claves, es posible ver que las palabras griegas οργην  (traducido por “ira”), y παράβασις (traducida por “transgresión”) tienen en común una misma grafía hebrea que porta los dos significados y no es otra que  עברה.

Resulta por demás sorprendente que עברה NO signifique “Ira” sino destrucción, desequilibrio, pérdida de los límites (Cf. Sof. 1:15, Sal. 78:49, Prv 11:4, 23.

Si ponemos el verso 15 del capítulo 4 en hebreo del siglo primero nos daría como resultado lo siguiente:

כי הדין גורר עברה ובאין דין, אין עברה
Ki hadin gorer ‘averáh, uve’eyn din, ‘eyn ‘averáh.

Con este hallazgo lo que se pretende decir en primer lugar es que se bifurcaron dos sentidos de una misma palabra hebrea subyacente, de modo que al traducir, lo correcto sería poner la misma palabra y sentido en los dos lugares del verso;

en segundo lugar, al evaluar el contexto del capítulo 4 y la carta en general y la Escritura entera, lo obvio y deducible es que no se trata de la Ley de Dios, sino de una imposición jurídica emanada del judaísmo del momento, que estaba exigiendo o había impuesto la circuncisión como condición sine quan non para ser considerados salvos, o miembros de la congregación de Israel (Cf. Hch 15:1), lo cual bien llamaría el mismo apóstol un uso ilegítimo de la Toráh.

Cabe destacar además que el verso 15 está precedido por un condicional en el verso 14:

Porque si los que son de la ley fueran los herederos, vana sería la fe, y anulada  la promesa”.

De tal manera que la correcta traducción del verso 15 desde su sentido hebreo es:

porque este juicio/procedimiento está causando un desequilibrio, pero si no existiera tal juicio, no se produciría semejante desequilibrio”.

El desequilibrio al que se está refiriendo el Apóstol no es otro que la desventaja que representaría para los nuevos creyentes el depender de un tribunal (Béyt Din) rabínico para ser considerados salvos, con lo cual se estaría desconociendo el modelo iniciado por Dios con el mismo ‘avraham, el cual fue llamado a recibir promesas siendo aun incircunciso.

Así que por las misericordias de Dios apreciado lector, te invito a considerar las evidencias, y por qué no, difundirlas, agradeciendo mucho que hagas cita de este trabajo de investigación.

Con afecto fraternal y lleno de entrañable misericordia, para la gloria de Dios y mi Señor Yehoshúa’ Hamashiaj, y la alegría de la Toráh bendita,
Eric de Jesús Rodríguez Mendoza.


















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