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viernes, 25 de mayo de 2018

Cómo estudiar las Escrituras: Primera entrega.


La primera de las traducciones escritas y aun existente de la biblia hebrea de que se tenga noticia, dirigida en particular al Testamento de los Antiguos, popularmente conocido como "Antiguo Testamento", es sin discusión alguna la SEPTUAGINTA.

Producida -según la carta de Aristeas-, por pedido expreso del Rey Tolomeo II Filadelfo de Egipto (284-246 a. C.), como un tesoro para la biblioteca de Alejandría, debe su nombre al hecho de que 72 sabios JUDÍOS (redondeado a 70, de ahí "septuaginta"o "LXX" = 70) se dedicaron a la tarea de tratar de expresar en lengua griega de la época, las hermosas palabras entregadas por Dios a su pueblo Israel en hebreo y arameo.

Lo primero que se tradujo fue la Toráh, que en razón de sus cinco libros, fue llamada en griego Pentateuco (del griego: Penta = 5, tevjos = rollo; en hebreo se dice: Jumash). Las otras secciones (profetas y Escritos) se terminarían en los siguientes dos siglos hasta llegado el siglo I a.C.

La traducción de la Septuaginta, se hizo con base en un texto hebreo y arameo "virgen"; es decir, sin vocales y sin acentos o signos de puntuación, y sin preocupaciones sobre forma ou ortografía, razón por la cual muchas veces el texto griego de la LXX, suena o "dice" algo distinto de lo que los masoretas del siglo VII d.C. en adelante, terminaron fijando como texto definitivo.

Cabe destacar que en esa época no existía la idea oficial de "Canon" sino que circulaban libros con contenido diverso versado en las palabras de la torah y los profetas, y los judíos quizá si distinguían lo inspirado de lo no-inspirado, pero aún no se había puesto el límite "por escrito". Eso causó que los traductores judíos incluyesen en su obra los libros que circulaban pero sin decir cuáles eran inspirados y cuales no, y es la razón por la que la LXX tiene libros que no están en la biblia hebrea (que más tarde se estandarizó, a finales del siglo I). Siglos más tarde, Jerónimo, en el siglo IV d.C. tradujo la biblia al Latín y por eso las "biblias católicas" tienen libros "extra".

Por otro lado, cabe decir que le debemos a la Septuaginta, la forma como llamamos en castellano a los libros de la Biblia. En una publicación anterior presentaba los nombres hebreos de los libros de la Biblia; veamos ahora en detalle el caso del Jumash o Pentateuco:

בראשית = Bere'shit = en el re'shit
(Be = en/con/por + Re'shit, que es una palabra que describe a los primeros frutos tempranos en una cosecha, de ahí que a veces se use como "lo primero" "lo principal")
Los traductores judíos optaron por llamar el libro no al modo hebreo (con la idea principal del primer verso), sino con la idea general o principal del libro:
ΓΕΝΕΣΙΣ ο γενεσις (Génesis = origen).

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El segundo libro, en hebreo se llama:
שמות = shmot, nombres-de
Los judíos traductores, le pusieron: ΕΞΟΔΟΣ ο Εξοδος (éxodos = salida)

El tercer libro se llama en hebreo:
ויקרא = Vayiqrá' = y él llamó
Los de la LXX lo llamaron: ΛΕΥΙΤΙΚΟΝ o Λευιτικον (levítikon = de los levitas).

El cuarto libro en hebreo se llama:
במדבר = Bemidbar = en-desierto-de
En la Septuaginta se le llamó: ΑΡΙΘΜΟΙ ο Αριθμοι (arithmï = números)

Finalmente, el quinto libro en hebreo se llama:
דברים = Dvarim = palabras
Los traductores judíos no tuvieron problema en llamarle:
ΔΕΥΤΕΡΟΝΟΜΙΟΝ ο Δευτερονομιον (Devteronomion = segunda ley, dado que en el mundo judío también se conoce hasta el día de hoy con el nombre de Mishnéh torah = copia de la Ley).
Es así entonces como empezaba la historia del complejo mundo de la traducción que seguiremos estudiando en las siguientes publicaciones...

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