BS"D
Una de las más lamentables confusiones que ha tenido el mundo cristiano en
torno a la Torah (o la Ley como ellos dicen), es que ven a todos los
mandamientos en un mismo plano, de una misma naturaleza y de un mismo valor,
ignorando que por ejemplo, los subconjuntos de mandamientos tocantes a la línea
Templo-sacerdocio-sacrificios, conforman lo que se denomina "JUSTICIA DE
DIOS".
¿Por qué se denominan JUSTICIA DE DIOS?
Porque de Dios salió el fuego para consumir los sacrificios, Dios dio el
modelo del templo y Dios constituyó sacerdotes, únicos autorizados para oficiar
y reconciliar a los hijos de Israel. Nadie del común del pueblo podía poner
siquiera un dedo en las cosas sagradas, ni formular diseños ni meterse en el
mundo de "LA JUSTICIA DE DIOS".
A este grupo especial de mandamientos se les conoce como la corrección para
vida eterna.
Por otro lado, está el resto de los mandamientos que no implicaban una
mediación u operacionalización netamente levítico-templario-sacrificial, sino
que era de la observancia común en medio del pueblo, en todas las áreas de la
vida cotidiana, cuyo propósito es la corrección para vida terrena; a este otro
grupo se le conoce como "JUSTICIA DE LA TORAH" (justicia que es por
la Ley).
Así que el cristianismo ha creído que estas dos justicias son mutuamente
excluyentes y peor aún, ha creído que al venir Yehoshúa' Hamashíaj a absorber
(o revelar) en sí mismo la JUSTICIA DE DIOS, por defecto abolió o desactivó o
dejó sin vigencia la JUSTICIA DE LA TORAH... de ahí que se sientan incómodos y
hasta les llegue a perturbar la idea de verse llamados a observar la vida según
Dios y a abandonar la posición cómoda traída del mundo, y con ellos, no querer
participar de los vituperios del Mashíaj.
Nunca jamás la JUSTICIA DE LA TORÁH fue creada ni diseñada para suplir o
suplantar a la JUSTICIA DE DIOS, pero tampoco se puede creer que la justicia de
Dios excluye o descalifica la justicia de la Toráh, como está escrito:
ὁ δὲ νόμος οὐκ ἔστιν ἐκ πίστεως, ἀλλ’ Ὁ
ποιήσας αὐτὰ ζήσεται ἐν αὐτοῖς.
Y la Toráh no está fuera de la fidelidad, sólo (que dice): "El que
haga estas cosas, vivirá dentro de ellas". Gálatas 3:12.
Es por eso que todo aquel que pretenda justificarse pretendiendo reemplazar
la justicia de Dios por la justicia de la Toráh o cualquier otra justicia, está
bajo maldición, porque le correspondería "guardar TODA LA LEY"
(Gálatas 5:3), que no es otra cosa que LAS DOS JUSTICIAS por su propia cuenta e
igualando a lo establecido por Dios. En este verso jamás se debe entender que
la circuncisión es opuesta a la Cruz, dado que el mismo Pablo lo aclara
(Gálatas 5:11):
Ἐγὼ δέ, ἀδελφοί, εἰ περιτομὴν ἔτι κηρύσσω, τί ἔτι
διώκομαι; ἄρα κατήργηται τὸ σκάνδαλον τοῦ σταυροῦ.
Y yo, hermanos, si aun predico la circuncisión, ¿por qué soy perseguido
todavía? pues ¡¡quítese el tropiezo de la cruz!! (es decir, no vuelvan a
insinuar que Cristo es enemigo de los mandamientos, incluida la circuncisión.
Así que la maldición de la Toráh es la muerte, la exclusión o la
desheredada por violación de mandamientos cuya repercusión espiritual es alta o
grave (profanación de cosas sagradas). ¿Cómo nos libró? él recibió la paga de
la sumatoria de nuestras transgresiones y con su resurrección se aseguró que no
fuésemos más nunca, practicantes de tales conductas anti-Toráh.
Por ello, al leer el capítulo 10 de la Carta a los Romanos, encontramos el
uso de estas dos justicias, cada cual en su lugar y uso legítimo:
En los versos del 3 al 9 dice:
3 Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya
propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; 4 porque el tesoro de la
Torah es Mashíaj, para justicia a todo aquel que cree. 5 Porque de la justicia
que es por la Torah Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá
en ellas. 6 Pero la justicia que es por la fidelidad (la justicia de Dios) dice
así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (Para esto se trajo abajo
a Mashíaj); 7 o, ¿quién descenderá al abismo? (Para esto se hizo subir a
Mashíaj de entre los muertos). 8 Mas ¿qué dice? Acercada hacia ti está la
palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fidelidad (de Dios)
que predicamos: 9 que si confesares con tu boca que Yehoshúa' es el Señor, y
creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
Por tanto, no se debe confundir la justicia de Dios con la justicia de la
Toráh, como también está escrito:
21 Pero ahora, aparte de la Toráh, se ha manifestado la justicia de Dios,
testificada por (contenida en) la Torah y por los profetas; 22 la justicia de
Dios por medio de la fidelidad de Yehoshúa' Hamashíaj, para todos los que creen
en él. Porque no hay diferencia, 23 por cuanto todos pecaron, y están
destituidos de la gloria de Dios, 24 siendo justificados gratuitamente por su
gracia, mediante la redención que es en el Mashíaj Yehoshúa'. 25 a quien Dios
puso (como propiciatorio (Kapóret) por medio de la fe (expresada) en su
sangre), para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su
paciencia, los pecados pasados, 26 con la mira de manifestar en este tiempo su
justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la
fidelidad de Yehoshúa'. 27 ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida.
¿Por cuál Toráh? ¿Por la de las obras? No, sino por la Toráh de la fidelidad.
28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fidelidad (de Dios) sin
las obras de la ley. 29 ¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también
Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles. 30 Porque Dios es
uno, y él justificará por la fidelidad a los de la circuncisión, y por medio de
la fidelidad a los de la incircuncisión. 31 ¿Luego por la fidelidad invalidamos
la Toráh? En ninguna manera, sino que confirmamos la Toráh.
Porque en otro lugar está escrito:
Porque en el evangelio, la justicia de Dios se revela por fidelidad y para
fidelidad, como está escrito: Mas el justificado por su fidelidad (de Dios),
vivirá (en términos de vida eterna). (Romanos 1:17).
Tal como he señalado, la justicia de Dios, está ligada intrínsecamente a la
redención, la cual radica exclusivamente en Yehoshúa' Hamashíaj vivo y
verdadero.
Queda claro también, que no tienes que convertirte al judaísmo rabínico
para ser salvo, sino que debes convertirte en un practicante de los
mandamientos y no necesariamente al "modo judío", sino que hay que
retener lo bueno, lo que sea digno de alabanza, pero sobre todo, lo que sea
compatible con el evangelio eterno de Dios, las palabras de nuestro Señor
Yehoshúa' Hamashíaj!
Así que hermano, recuerda el Proverbio que dice:
מֵסִ֣יר
אָ֭זְנֹו מִשְּׁמֹ֣עַ תֹּורָ֑ה גַּֽם־תְּ֝פִלָּתֹ֗ו תֹּועֵבָֽה׃
El que aparta su oido para no oir las palabras de la Toráh, su oración
también es un a abominación. (Prv 29:8)
y:
חֲכַם־לֵ֭ב
יִקַּ֣ח מִצְוֹ֑ת
El sabio de corazón, tomará mandamientos.