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viernes, 7 de noviembre de 2014

Y lo disminuirás... ותחסרהו utjasréhu

Por: Eric de Jesús Rodríguez Mendoza[1]

RESUMEN
El presente artículo versa sobre la manera de abordar y/o entender la hermenéutica empleada por los escritores del Evangelio a la hora de demostrar la mesianidad, divinidad y corporeidad de Yehoshúa’ Hanétzer (Jesús el renuevo). Se pretendió lo más sencillo y directo posible, de ahí su extensión no tan considerable. Se presentan los textos de mayor interés en su idioma más antiguo disponible, sea griego, hebreo o arameo, y su respectiva traducción (de propiedad del autor), esmeradamente textual y según el orden sintáctico de base hasta donde sea posible, sin dañar su inteligibilidad en la lengua castellana.

PALABRAS CLAVES: DISMINUCIÓN, HIJO DE HOMBRE, CORPOREIDAD DIVINA.


El Salmo octavo, en su texto virgen, es decir, meramente consonántico, sin la parcialización masorética del siglo VII E.C., fue empleado por quien haya sido o resulte ser el autor de la carta a los Hebreos (más probable el Shalíaj Sha’ul, el apóstol Pablo), para argumentar la mesianidad y la divinidad de Yehoshúa’ Hanétzer (Jesús el renuevo) junto con otros textos del Brit Ri’shonim (Pacto de los primeros, es decir, los patriarcas).

En el capítulo 2 verso 5 se inician una serie de proposiciones que forman el contexto apropiado para luego introducir el citado Salmo:

Οὐ γὰρ ἀγγέλοις ὑπέταξεν τὴν οἰκουμένην τὴν μέλλουσαν, περὶ ἧς λαλοῦμεν, διεμαρτύρατο δέ πού τις λέγων 

Porque no a los ángeles, sujetó el mundo-habitado el venidero, acerca del cual hablamos, mas en algún lugar, alguien dio testimonio diciendo:

מה-אנוש כי-תזכרנו;    ובן-אדם, כי תפקדנו. ו  ותחסרהו מעט, מאלהים;    וכבוד והדר תעטרהו. ז  תמשילהו, במעשי ידיך;    כל, שתה תחת-רגליו.

¿Cuál es el varón que recordarás [es decir], el hijo de ‘Adam que visitarás, [que] lodisminuirás[2] un poco, que ni un ‘Elohim, y que lo coronarás con gloria y hermosura, [que] pondrás a gobernar en la obra de tus manos, y a cuyos pies, sujetarás todo?
Esta traducción se ha hecho teniendo en cuenta dos fundamentos:

1) El valor de Pésher que posee el texto (es decir, el autor no habla de sí mismo, sino de otro) y:
2) La mesianidad extendidamente atribuida al mismo.

Comprender y aplicar estos dos principios de coherencia teológica, además de realizar una lectura del texto virgen, permiten que el mismo no se lea en tiempo pasado sino en tiempo futuro[3]como realmente se encuentran los verbos en el mismo, lo cual lo configura no como una reflexión existencialista de un hombre común, sino como una verdadera profecía mesiánica[4].

Así las cosas, el escritor inspirado, indaga acerca de un hijo de ‘Adam que seríadisminuido a un estado inferior al de un ‘Elohim (portador de la palabra de Dios que bien puede ser un ángel de Dios o un juez de Israel), lo cual indica claramente que antes ostentaba una posición mayor, pero que a pesar de dicha disminución, sería coronadocon gloria y hermosura, y además, se le concedería gobernar en la obra de las manos de Dios y a cuyos pies se sujetaría todo.

Repito; tenemos a un hijo de ‘Adam, que antes era mayor que un ‘Elohim, pero que por medio de un proceso de “disminución” (heb. Jisur), se halló desprovisto de tales capacidades a tal punto, que no tendría el reconocimiento como profeta o juez de Israel, de parte de quienes lo vieran.
En este sentido, bien continúa el autor de la carta a los hebreos razonando:

ἐν τῷ γὰρ ὑποτάξαι αὐτῷ τὰ πάντα οὐδὲν ἀφῆκεν αὐτῷ ἀνυπότακτον. νῦν δὲ οὔπω ὁρῶμεν αὐτῷ τὰ πάντα ὑποτεταγμένα. τὸν δὲ βραχύ τι παρ’ ἀγγέλους ἠλαττωμένον βλέπομεν Ἰησοῦν διὰ τὸ πάθημα τοῦ θανάτου δόξῃ καὶ τιμῇ ἐστεφανωμένον, ὅπως χάριτι Θεοῦ ὑπὲρ παντὸς γεύσηται θανάτου. 

Porque en el sujetar a él todo, nada dejó a él insujeto. Pero ahora todavía no vemos que a él todo esté sujeto. Sin embargo, al que fue disminuido un poco menos que un ‘Elohim,vemos; a Yehoshúa’ (Jesús), a pesar del padecimiento de la muerte, de gloria y hermosura coronado; el cual, por la gracia de Dios, por todos, gustó la muerte.

Con estas palabras, el autor enfatiza que Yehoshúa’ (Jesús), es el agente de quien se habló en el Salmo citado y que probó su disminución, llegando al punto de gustar la muerte, y muerte de cruz, contado entre los bandidos y culpables.

Este tema, tiene un gran paralelo en la carta de Rabán Sha’ul a los filipenses en donde dice (2:6):

ὃς ἐν μορφῇ Θεοῦ ὑπάρχων οὐχ ἁρπαγμὸν ἡγήσατο τὸ εἶναι ἴσα Θεῷ, ἀλλὰ ἑαυτὸνἐκένωσεν μορφὴν δούλου λαβών, ἐν ὁμοιώματι ἀνθρώπων γενόμενος· καὶ σχήματι εὑρεθεὶς ὡς ἄνθρωπος ἐταπείνωσεν ἑαυτὸν γενόμενος ὑπήκοος μέχρι θανάτου, θανάτου δὲ σταυροῦ.

el cual en forma de Dios pre-empezando, no-cosa-valiosa consideró ser igual a Dios, sino que a si mismo se disminuyó[5], forma de siervo tomando, en semejanza de hombre viniendo a existir, y -habiéndose encontrado- en esquema como hombre, se rebajó[6] a sí mismo, viniendo a ser obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Basta por consiguiente retomar dos ideas centrales básicas:

1)    Aceptar que los ángeles tienen cuerpo.
2)    Aceptar que Yehoshúa’ (Jesús), es superior a los ángeles y es igualmente corpóreo.

La corporeidad de los ángeles se atestigua por primera vez en el libro de Bere’shit, (Génesis), capítulo 18:2,8,16,22 y 19:1,10-13. En estos pasajes, se advierte su capacidad material de interactuar con la comida, y con los humanos. Al igual que este pasaje, existen muchos otros versos bíblicos que declaran la corporeidad de los ángeles y sus extraordinarias habilidades.

En cuanto al segundo punto, es claro que Yehoshúa’ (Jesús) no era un ángel, ni “El ángel del Señor”, ni “el príncipe del ejército de Dios” sino un ser con la misma capacidad corpórea de los ángeles pero más sublime que los cielos. La corporeidad del Mesías, se hace patente no sólo por su estadía en la tierra desde su nacimiento hasta sus lágrimas en la tumba de ‘El’azar (Lázaros), sino también después de su resurrección, como está escrito (Lc 24:38-43):

38 Y Él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y por qué surgen dudas en vuestro corazón? 39 Mirad mis manos y mis pies, que soy yo mismo; palpadme y ved, porque un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo. 40 Y cuando dijo esto, les mostró las manos y los pies. 41 Como ellos todavía no lo creían a causa de la alegría y que estaban asombrados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? 42 Entonces ellos le presentaron parte de un pescado asado. 43 Y Él lo tomó y comió delante de ellos.

De igual modo, Pedro, en la gran predicación en el día de Shavu’ot (pentecostés), exclamó (Hch: 2:22ss ):

22 varones israelitas, escuchad estas palabras: Yehoshúa’ Hanétzer (Jesús el renuevo),varón confirmado por Dios entre vosotros con milagros, prodigios y señales que Dios hizo en medio vuestro a través de él, tal como vosotros mismos sabéis,  23 a éste, entregado por el plan predeterminado y el previo conocimiento de Dios, clavasteis en una cruz por manos de impíos y le matasteis, 24 a quien Dios resucitó, poniendo fin a la agonía de lamuerte, puesto que no era posible que el quedara bajo el dominio de ella.

25 porque David dice de él:
          veía siempre al señor en mi presencia;
          pues está a mi diestra para que yo no sea conmovido.
26 por lo cual mi corazón se alegró y mi lengua se regocijó;
          y aun hasta mi carne descansara en esperanza;
27 pues tu no abandonaras mi garganta (todo mi ser) en el Sh’ol,
          No permitirás que tu piadoso vea corrupción.
28 me has hecho conocer los caminos de la vida;
          me llenaras de gozo con tu presencia.
                                                   
29 hermanos, del patriarca David os puedo decir confiadamente que murió fue sepultado, y su sepulcro está entre nosotros hasta el día de hoy.
30 pero siendo profeta, y sabiendo que Dios le había jurado sentar a uno de sus descendientes en su trono,
31 miró hacia el futuro y habló de la resurrección de Mashíaj, que no fue abandonado en el Sh’ol, ni su carne sufrió corrupción.
32 a este Yehoshúa’/Jesús, resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
33 así que, exaltado a la diestra de Dios[7], y habiendo recibido del padre la promesa del espíritu santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.

34 porque David no ascendió a los cielos, pero él mismo dice:
          dijo el señor a mi señor:
          siéntate a mi diestra,
35 hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.

36 sepa, pues, con certeza toda la casa de Yisra’el, que a este Yehoshúa’ (Jesús) a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Mashiaj.

En otro lugar, un segundo escritor del Evangelio, expresa lo siguiente (1Jn 1:1ss):

1 Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que han palpado nuestras manos, acerca del Verbo de vida 2 (pues la vida fue manifestada, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre y se nos manifestó); 3 lo que hemos visto y oído, os proclamamos también a vosotros, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y en verdad nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Yehoshúa’ Hamashíaj (Jesucristo). 4 Os escribimos estas cosas para que nuestro gozo sea completo.


Con todo esto en mente, se puede atisbar que los Apóstoles entendieron que Yehoshúa’ Hamashíaj (Jesús el mesías), era y es la vida eterna, palpable, tangible por manos humanas, por lo cual, con toda autoridad dijo: “Yo soy la resurrección y la vida, el que crea en mí, aunque esté muerto, vivirá”. En otro lugar, el Shalíaj Sha’ul (el apóstol Pablo) añade (1Tim 3:16):

E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad, el cual fue manifestado en la carne, justificado por el Espíritu, contemplado por ángeles, proclamado entre las naciones, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.

Debió ser una gran sorpresa para los ángeles ver pasar hacia la tierra (aunque ya no en toda su gloria, sino disminuido), a aquel que habita en la luz inaccesible, ante quien los serafines cubrían su rostro por causa de la potencia de su luz y su santidad (Is. 6).

Por esta misma razón, el escritor de la carta a los hebreos, plantea, por medio de Drash, tercer nivel de interpretación, un diálogo interesante entre “el hijo (disminuido) y el padre” para ese momento de la despedida de caras a su venida a la tierra con claros y concretos propósitos salvíficos (Heb. 2:11ss):

11 porque tanto el que santifica como los que son santificados, son todos de un padre; por lo cual Él no se avergüenza de llamarlos hermanos,
12 diciendo:
          anunciaré tu nombre a mis hermanos,
          en medio de la congregación te cantare himnos.(Salmo 22:22)
13 y otra vez:
          “y yo lo esperaré de vuelta (Is 8:17)[8].
          y otra vez:
          he aquí, yo y los hijos que Dios me dio (Is. 8:18).

14 así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangreÉl igualmente participó también de lo mismo, para anular mediante la muerte el poder de aquel que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo, 15 y librar a los que por el temor a la muerte, estaban sujetos a esclavitud durante toda la vida.

Ahora bien, el mismo Yehoshúa’ horas antes de su partida de la tierra, expresa una contundente afirmación (Jn 17:5):

Y ahora, glorifícame tú, Padre, junto a ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera.

Si se ha dicho que los ángeles poseen una corporeidad incorruptible, que es capaz de habilitar funciones para compatibilizar con este mundo, y siendo claro que Yehoshúa’ ascendió a los cielos con cuerpo físico incorruptible (Hch. 1:9:11):

Después de haber dicho estas cosas, fue elevado mientras ellos miraban, y una nube le recibió y le ocultó de sus ojos. 10 Y estando mirando fijamente al cielo mientras Él ascendía, aconteció que se presentaron junto a ellos dos varones en vestiduras blancas, 11 que les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Yehoshúa’ (Jesús), que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo.  

 Para completar esta serie de ideas y verdades, el Shalíaj Sha’ul concluye con certeza el tema de la siguiente manera (1Cor. 15:35ss)

35 Pero alguno dirá: ¿Cómo resucitan los muertos? ¿Y con qué clase de cuerpo vienen? 36 ¡Necio! Lo que tú siembras no llega a tener vida si antes no muere; 37 y lo que siembras, no siembras el cuerpo que nacerá, sino el grano desnudo, quizás de trigo o de alguna otra especie. 38 Pero Dios le da un cuerpo como Él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo. 39 No toda carne es la misma carne, sino que una es la de los hombres, otra la de las bestias, otra la de las aves y otra la de los peces. 40 Hay, asimismo, cuerpos celestiales y cuerpos terrestres, pero la gloria del celestial es una, y la del terrestre es otra. 41 Hay una gloria del sol, y otra gloria de la luna, y otra gloria de las estrellas; pues una estrella es distinta de otra estrella en gloria. 42 Así es también la resurrección de los muertos. Se siembra un cuerpo corruptiblese resucita un cuerpo incorruptible; 43 se siembra en deshonra, se resucita en gloria; se siembra en debilidad, se resucita en poder; 44 se siembra un cuerpo natural, se resucita un cuerpo espiritual. Si hay un cuerpo natural, hay también un cuerpo espiritual. 45 Así también está escrito: El primer hombre, Adám, fue hecho Néfesh jayah. El último AdámNishmat jayim. 46 Sin embargo, el espiritual no es primero, sino el natural; luego el espiritual. 47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre es del cielo. 48 Como es el terrenal, así son también los que son terrenales; y como es el celestial, así son también los que son celestiales. 49 Y tal como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.

En este pasaje, el Shalíaj Sha’ul, (Apóstol Pablo), comprende un Sod (máximo nivel de revelación de las escrituras): Cuando el libro de Génesis capítulo 2 habló de la formación del hombre, éste fue un Néfesh jayah, como el resto de los animales y entidades biológicas que surgieron en la creación, como las aves, los reptiles y demás seres vivientes. NO obstante, Dios introduciría en el futuro (y de hecho el verbo está en futuro), “el Nishmat-jayim”, el espíritu vivificante, el cual es Yehoshúa’ Hamashíaj, dado que lo espiritual no es primero, sino lo terrenal,  luego lo espiritual.

FIN DE ESTA PRIMERA PARTE


BIBLIOGRAFÍA Y ENLACES:


Enlaces de la bliblia:
Texto griego del Nuevo testamento: http://bibliaparalela.com/text/hebrews/2-5.htm
Texto hebreo del Antiguo testamento: http://www.mechon-mamre.org/i/t/t2608.htm
Raíces del hebreo Bíblico: http://tora.us.fm/tnk1/ljon/jorj/qvucot.html
Academia de la lengua hebrea: http://hebrew-terms.huji.ac.il/
HATCH, Edwin, REDPATH, Henry (1976). A concordance to the Septuagint and the other Greek versions of the Old Testament.


[1] Profesor asociado de Estudios judaicos para e-teacher Biblical de Israel, y para el Seminario Teológico de Miami, presidente de la Congregación Mesiánica Shiloh, traductor Bíblico, Economista y Minor en ingeniería industrial, Universidad del Atlántico.

[2] En el sitio web oficial de la academia de la lengua hebrea, (http://hebrew-terms.huji.ac.il/), se puede buscar la raíz חסר y apreciarse el sentido de “sustraer, disminuir” que se le confiere. Para corroborar lo dicho, se remite al lector, a la página especializada en hebreo bíblico: http://tora.us.fm/tnk1/ljon/jorj/xsr.html donde se constata el sentido de “hacer carecer” “quitar”.

[3] En este caso, el arca: ותחסרהו no se lee “vatjasréhu” “que lo disminuiste”, sino utjasréhu” “que lo disminuirás”. Se le llama arca a cada bloque de palabras de la Escritura, que puede contener, sustantivos, preposiciones, conjunciones, sufijos pronominales, etc.


[4] La vocalización masorética se movió por el principio de la vav conversiva y condujo a que muchos pasajes, se entendieran en pasado, cuando en realidad se trata de un auténtico futuro. No es posible establecer el tipo de razón que subyace a este fenómeno, aunque no se descarta el hecho de querer ocultar, 700 años después, la base textual empleada por los escritores del Evangelio.

[5] De manera impresionante, y gracias a la concordancia de Hatch-Redpath, se puede comprobar que la misma raíz hebrea חסר del Salmo 8, que aquí se ha traducido como “disminuir”, fue traducida en la septuaginta por la palabra griega κενόω  (se despojó, se vació), en Is. 32:6. Traducida en español como “privar de”. ולדבר אל-יהוה תועה, להריק נפש רעב, ומשקה צמא יחסיר 


[6] De igual modo, gracias a la concordancia de Hatch-Redpath, se puede comprobar que la palabra hebrea שפל “bajeza, inferioridad”, fue traducida en la Septuaginta por la palabra griega ταπεινόω en Sal. 136:23: שבשפלנו, זכר לנו, en español, “el que nuestra bajeza, nos recuerda”.

[7] La diestra de Dios, no es otra cosa que un semitismo para referirse al cielo, en el cual existe el así llamado “trono de la majestad”, Kisé’ demalká’.

[8] En este caso, el verso completo dice: וְחִכִּיתִי לַיהוָה הַמַּסְתִּיר פָּנָיו מִבֵּית יַעֲקֹב וְקִוֵּיתִי לוֹ. “Esperaré por YHWH el que ahora esconde su rostro de la casa de Ya’aqov (y Dios es quien responde): ‘Y yo lo esperaré de vuelta’”. El Shalíaj Sha’ul, emplea una regla llamada Sidur shenehlaq (secuencia interrumpida), para indicar que el Mesiás (como sujeto pasivo tácito en el verso), vendría a dar la cara que Dios había estado escondiendo.

martes, 29 de julio de 2014

בן האדם Ben Ha’adam



בר אנשא Bar-‘enasha’
Ό ύιος του ανθρωπου Ηo Ηyιós tû anthopû
El hijo del hombre.

Esta curiosa expresión usada por su divina Majestad Yehoshúa’ Hamashíaj con artículo definido 28 veces en el Evangelio según Mateo, 10 en Marcos, 23 en Lucas  y 9 en Juan, es sin duda alguna una de las más llamativas e intrigantes del Evangelio.

¿Por qué lo usó? ¿Tenía algún significado específico? ¿Alguien más lo usó? Son preguntas que se plantean para analizar a profundidad dicha expresión.
Pues bien, lo primero que hay que anotar, es que una expresión SEMEJANTE pero NO IGUAL, fue empleada ya en el texto del primer pacto, a partir del Libro de Números 23:19:

לֹא אִישׁ אֵל וִיכַזֵּב וּבֶן-אָדָם וְיִתְנֶחָם                                                   
Dios no es varón, y no faltará; no es hijo de ‘Adam, y no se consolará a sí mismo.

En esta primera ocasión, el paralelismo sintético (una especie de sinónimo) entre “varón” e “hijo de ‘Adam” deja claro que se está refiriendo a lo que está consignado en la carta a los Romanos cap. 5:12:

Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre (‘Adam), y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron, de modo que “varón” e “hijo de ‘Adam” son mortales, pecadores, todo lo contrario a Dios; del mismo modo, el libro de Job, cap 25:3, corrobora lo dicho:

אַף כִּי-אֱנוֹשׁ רִמָּה    וּבֶן-אָדָם תּוֹלֵעָה                                                 .
Es más, que un hombre es un gusano, y un hijo de ‘Adam, una lombriz.

En este segundo texto, tenemos un nuevo paralelismo sintético hombre-hijo de ‘Adam y su comparación es con la de un gusano o lombriz, un animal rastrero y de poca monta, que nada se aproxima a Dios y su altísima y gloriosa majestad.

Seguidamente, el Salmo 146:3 repite:

אַל-תִּבְטְחוּ בִנְדִיבִים   בְּבֶן-אָדָם שֶׁאֵין לוֹ תְשׁוּעָה                                  
No confíen en príncipes, en ningún hijo de ‘Adam, porque no tiene salvación

Con este verso, una vez  más se está señalando que por muy noble, poderoso o encumbrado que sea, un hijo, un descendiente de ‘Adam, está desprovisto de la capacidad de salvarse a sí mismo y mucho más de salvar a alguien más.
Para cerrar este primer bloque explicativo, nada más diciente que el profeta Isaías 51:12, quien escribió:

אָנֹכִי אָנֹכִי הוּא מְנַחֶמְכֶם מִי-אַתְּ וַתִּירְאִי מֵאֱנוֹשׁ יָמוּת וּמִבֶּן-אָדָם חָצִיר יִנָּתֵן             
Yo, Yo soy su consolador, ¿quién eres tú para que tengas miedo un hombre, el cual morirá, y un hijo de ‘Adam el cual será puesto como hierba?

Ya sabemos cuál es la suerte de la hierba según el libro de los Salmos 103:15-16:
אֱנוֹשׁ, כֶּחָצִיר יָמָיו;    כְּצִיץ הַשָּׂדֶה, כֵּן יָצִיץ. טז  כִּי רוּחַ עָבְרָה-בּוֹ וְאֵינֶנּוּ;    וְלֹא-יַכִּירֶנּוּ עוֹד מְקוֹמוֹ         
En cuanto a un hombre, sus días son como la hierba, como un filamento del campo, así tal cual lucirá; porque el viento pasa por él y luego ya no está, y su lugar, no lo conocerá otra vez.

Como se puede apreciar, todo hombre, encumbrado o humilde, poderoso o débil, en condición de hijo de ‘Adam, está lejos de salvarse a sí mismo, y de salvar a alguien más. Sin Dios, le está reservada la más horrenda expectación de juicio y yace sin esperanza de salvación, listo para desaparecer sin dejar rastros de su extinción.

Este mismo sentido, mantiene la expresión en las más de 90 veces que es empleada en el libro del profeta Ezequiel. En todos esos versos, el varón de Dios siempre está en calidad de “hijo de ‘Adam”, traducido como “hijo de hombre”. La importancia y diferencia en decir “hijo de ‘Adam” se ha descrito en las líneas anteriores por su implicación teológica y espirituales.

Ahora bien, con la revelación otorgada al profeta Daniel, se desarrolla en tierra de Israel un tipo de literatura simbólico-alegórica y muy teológica, expresada en un lenguaje casi que codificado, que hasta hoy día, todavía no ha sido posible entender a la perfección y que versa sobre “la posteridad de los días”, asunto que comúnmente se denomina literatura apocalíptica y escatológica. No obstante, los desarrollos e investigaciones lingüísticas a través de los diversos comentarios teológicos judíos, han hecho posible rescatar algunas figuras literarias y tecnicismos empleados en estos textos.

Redactado ampliamente en arameo, con sus porciones en hebreo,  el libro de Daniel recoge en buena parte esa sapiencia teológica recibida y desarrollada/aplicada en la antigua Babilonia. Mucha de esa experiencia y esas reflexiones en torno al libro de Daniel y los demás profetas así como la Toráh, quedaría plasmada más tarde en las versiones arameas de la Biblia llamadas Targum, así como en el acervo literario contenido en el Talmud de Babilonia y demás “publicaciones” judías del primer milenio d.C.

Así pues, en el capítulo 7 verso 13 del libro de Daniel, encontramos una inquietante revelación, escrita en lengua aramea:

חָזֵה הֲוֵית בְּחֶזְוֵי לֵילְיָא וַאֲרוּ עִם-עֲנָנֵי שְׁמַיָּא כְּבַר אֱנָשׁ אָתֵה הֲוָא וְעַד-עַתִּיק יוֹמַיָּא מְטָה וּקְדָמוֹהִי הַקְרְבוּהִי    .
Viendo estaba yo, en visiones de la noche, y he aquí, con las nubes del cielo, COMO un hijo de hombre entrando estaba, y hasta el anciano de días llegó y delante de él, lo acercaron.

Hijo de hombre. ‘Enash (אנש), es la palabra aramea genérica para “hombre” equivalente a ‘ish (varón) o a ‘Enosh (אנוש) en lengua hebrea. En el texto citado arriba, yace sin artículo, por lo que Bar-‘enash, “un hijo de varón”, hace un sentido muy similar al hebreo Ben ‘Adam, “un hijo de ‘Adam”. Cabe dejar nota de que en el targúm arameo, tiende a distinguir cuando ‘Adam en hebreo se usa como nombre propio (no lo traduce), y cuando se usa como sustantivo genérico (para cual usa ‘enash).

Así por ejemplo, en Gn 1:26, el Tagum Yonatán (YonGn) dice: נעבד אדם Na’aved ‘Adam “haremos a ‘Adam”, mientras que el tárgum de ‘Onqlós (OnGn) dice: נעבד אנשא Na’aved ‘Enasha’ = haremos al varón (con artículo definido), mientras que en YonGn. 2:5 dice: ve’enash leyt lemiflaj… “y hombre no había para servir”, versión que comparte OnGn. Aquí, la ausencia de artículo definido, denota generalidad, no nada específico.

El Anciano de días. ‘Atiq yomaya’ (עתיק יומיא con artículo definido) es una expresión que figura por primera vez en su forma indefinida como ‘Atiq-yomin (עתיק יומין un anciano de días), en el verso 9 del capítulo 7 del libro de Daniel. Este “anciano de días” es descrito como:

לְבוּשֵׁהּ כִּתְלַג חִוָּר וּשְׂעַר רֵאשֵׁהּ כַּעֲמַר נְקֵא כָּרְסְיֵהּ שְׁבִבִין דִּי-נוּר גַּלְגִּלּוֹהִי נוּר דָּלִק.
Su vestido, como nieve blanca, y el cabello de su cabeza como lana limpia, su trono llamas de fuego y sus ruedas, fuego ardiente.

En la literatura judía apocalíptica, se entendió desde tiempos antiguos que este anciano era el mismo Dios; el vestido era una alusión a los mandamientos y el cabello de la cabeza, era la explicación pormenorizada de todos los procedimientos bíblicos, abundantes como los cabellos de la cabeza. Así pues, Anciano de días, era una clara referencia a “todos los tesoros de la sabiduría (mandamientos) y el conocimiento (procedimientos) de Dios”.
Hechas estas anotaciones, se puede apreciar que alguien “como un hijo de ‘Adam” fue acercado al mismísimo Dios y sus tesoros, al cual,

וְלֵהּ יְהִב שָׁלְטָן וִיקָר וּמַלְכוּ וְכֹל עַמְמַיָּא אֻמַּיָּא וְלִשָּׁנַיָּא לֵהּ יִפְלְחוּן שָׁלְטָנֵהּ שָׁלְטָן עָלַם דִּי-לָא יֶעְדֵּה וּמַלְכוּתֵהּ דִּי-לָא ¡ תִתְחַבַּל
Se le dio dominio y gloria y reino, y todos los pueblos, naciones y lenguas le servían; su dominio es un dominio eterno, que no será mudado y su reino, que no será afectado.

Por consiguiente el COMO, es una palabra determinante, debido que según se había señalado, “un hijo de ‘Adam” era pecador, mortal y desprovisto de salvación, y tal como está escrito, “la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios” (1Cor 15:50).

Es aquí, donde comenzó entonces una comprensión teológica muy particular para la palabra ‘Adam, dado que ya no se refería ni al ‘Adam del Génesis, ni a ningún ser humano en sentido genérico. En la literatura Apocalíptica, se le llamó ‘Adam/’Enash a la manifestación perceptible y corpórea de Dios ante los seres creados, tal como está escrito (1ªTim 3:16):

E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad:

el cual fue manifestado en carne, Justificado en el espíritu, visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.

Cuando se dice que Dios fue manifestado en carne se refiere a corporeidad, de ahí que el mismo Rabán Sha’ul, haya empleado la expresión en otro lugar con mayor especificidad (1Cor 15:45-49):

45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre, Adam alma viviente; el postrer Adam, espíritu vivificante. 46 Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. 47 El primer ‘Adam, es de la tierra, terrenal; el segundo ‘Adam, que es el Señor,es del cielo. 48 Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. 49 Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.

En ese mismo sentido, el Rey David por inspiración divina ya había escrito en el libro de los Salmos cap. 8…

מָה-אֱנוֹשׁ כִּי-תִזְכְּרֶנּוּ    וּבֶן-אָדָם כִּי תִפְקְדֶנּוּ
וַתְּחַסְּרֵהוּ מְּעַט מֵאֱלֹהִים    וְכָבוֹד וְהָדָר תְּעַטְּרֵהוּ
תַּמְשִׁילֵהוּ בְּמַעֲשֵׂי יָדֶיךָ    כֹּל שַׁתָּה תַחַת-רַגְלָיו
¿Cuál es ese varón que lo vas a recordar, y cuál es ese hijo de ‘Adam que lo vas a visitar? -lo reducirás un poco menos que un ‘Elohim, pero gloria y fausto lo has de coronar, lo pondrás en las obras de tus manos, todo pondrás debajo de sus pies-.

Con esta pregunta y su divina comprensión, el Rey David sabía que no se trataba de un varón cualquiera ni de un “hijo de ‘Adam” terrenal, pecador, y mortal. Se trataba del varón del cielo, del segundo ‘Adam mencionado por Pablo, el cual es el tabernáculo (morada, manifestación) más perfecto de Dios con los hombres (Apoc 21:3), no hecho de manos, es decir, no es de esta creación (Heb 9:11); se trataba sin más, de la expresión corpórea de Dios mismo (Dios fue manifestado en carne, en cuerpo) que iba a ser reducida a un estado inferior al de una criatura angelical, con el objetivo de destruir por medio de la muerte, al que tenía al imperio de la muerte, esto es al diablo (Heb 2:14-15), para luego de la “humillación” de haberse hecho semejante a un humano (pero sin pecado, Fil 2:8), ser coronado con gloria y fausto en las alturas celestiales, colocando todas las cosas debajo de sus pies.

Este era sin más, el cumplimiento de lo visto por el profeta Daniel: vi como un hijo de hombre que llegó hasta el anciano de Días... el anciano de Días no es otra cosa que Yehoshua' vestido nuevamente de toda la majestad que tenía al principio (Jn 17:5)" Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese".

De modo pues, que cuando Yehoshúa’ Hamashíaj, empleó la expresión “El hijo del hombre” con artículo definido, estaba especificando y expresando particularidad, y su mensaje debía ser claro y directo para sus oyentes…

Para que sepan que el hijo del hombre Ben Ha’adam, tiene potestad en la tierra para perdonar pecados, toma tu lecho y anda”

Esto es, “Yo soy el ‘Adam del cielo, yo soy el pan que descendió del cielo, yo soy la luz de este mundo, yo soy la raíz y el linaje de David, yo soy el lucero resplandeciente de la mañana, yo soy el superior de los reyes de esta tierra, yo… soy Dios mismo manifestado en carne y he venido a salvarlos del poder de la muerte, del pecado y de su enemigo el diablo”.


Ven pronto Señor Yehoshúa’, ‘Amen!

viernes, 18 de julio de 2014

LAS PIEDADES DE DIOS - חסדי יהוה


Las Piedades de Dios חסדי יהוה

Jésed (Pl Jasadim), es la palabra hebrea que designa al sentido de responsabilidad y cooperación, algo muy parecido a lo que es la idea castellana de Solidaridad. Esa responsabilidad y cooperación está comprendida en la capacidad de ayudar o hacer más allá de lo que se cree estar obligado o comprometido, ya sea por la Toráh, o bien por un instinto de cooperación, que como bien señalaba el sabio ruso Pëtr Kropotkin, es el auténtico instinto humano (contrario a la supervivencia del más fuerte que es lo que enseñan los amantes de la teoría evolucionista y como derivado, el capitalismo salvaje).

Esta palabra, Jésed, es tan importante para la mente de Dios, que no en vano el rey David escribió por divina inspiración (Salmo 89:1)

חַסְדֵי יְהוָה עוֹלָם אָשִׁירָה    לְדֹר וָדֹר אוֹדִיעַ אֱמוּנָתְךָ בְּפִי
כִּי-אָמַרְתִּי עוֹלָם חֶסֶד יִבָּנֶה    שָׁמַיִם תָּכִן אֱמוּנָתְךָ בָהֶם

Las Jasadim de YHWH por siempre cantaré; por generación y generación, daré a conocer tu fidelidad con mi boca. Porque dije: El mundo será edificado con Jésed, en los cielos, establecerás tu fidelidad.

En este verso, se aprecia una relación muy interesante entre Jésed y 'emunah, fidelidad, condición de inmutable, lo cual indica que la solidaridad  comporta el atributo de invariable, es decir, que se propaga incondicional y permanentemente, sin interrupciones. Lamentablemente, la palabra Jésed no es traducida de manera uniforme en las biblias castellanas y eso a menudo impide conectar pasajes que están sorprendentemente relacionados entre sí.

Las palabras más empleadas en las diferentes versiones son “misericordia”, “amor”, “piedad”  o “favor”. Aquí emplearemos Piedad, por efectos pedagógicos.

Por otra parte, a todo aquel que procura o practica imitar la solidaridad, el sentido del extra de Dios, se llama Jasid (Pl. Jasidim). Por eso, a la congregación de los creyentes e imitadores de Dios se la llama, “congregación de Jasidim”, tal como dice el Salmo 149:1

הַלְלוּ-יָהּ  שִׁירוּ לַיהוָה שִׁיר חָדָשׁ    תְּהִלָּתוֹ בִּקְהַל חֲסִידִים
Haleluyah! canten a YHWH un cántico nuevo, su alabanza en la congregación de los Jasidim.

Si comparas diferentes versiones castellanas, encontrarás que traducen "santos", lo cual no es exacto, o no es completo. Sólo una versión, la Biblia Jubileo 2000, se aproxima y traduce: “Cantad al SEÑOR canción nueva; su alabanza sea en la congregación de los misericordiosos”. Aquí, no obstante, usaremos “Piadoso(s)” dado que arriba señalamos Piedad para Jésed.

Antes de avanzar en el tema, y para efectos de lo que se va sustentar, es importante anotar, que el nombre del dulce cantor de Israel, David, se escribe con 3 letras en hebreo a saber:
דוד = DWD y se lee Dawid (Pronúnciese, David).

NO obstante, es curioso que esas mismas tres letras DWD, tengan otra forma de leerse: דוד DWD y se lee Dod = El Amado, tal como aparece en el Cantar de los cantares 2:8

קוֹל דּוֹדִי, הִנֵּה-זֶה בָּא; מְדַלֵּג, עַל-הֶהָרִים--מְקַפֵּץ, עַל-הַגְּבָעוֹת.
¡La voz de mi DWD (Dod amado)! he aquí este viene; saltando; sobre las montañas, brincando; sobre las colinas.

De ahí que en muchos pasajes clave, haya ocurrido una confusión entre leer David, o el Amado. A continuación se presentan varios ejemplos bíblicos en los que se aprecia el doble valor que adquieren dependiendo de cómo se lean las letras דוד Dwd, si David o el Amado, veamos:

Ez. 34:23:
וַהֲקִמֹתִי עֲלֵיהֶם רֹעֶה אֶחָד, וְרָעָה אֶתְהֶן--אֵת, עַבְדִּי דָוִד; הוּא יִרְעֶה אֹתָם, וְהוּא-יִהְיֶה לָהֶן לְרֹעֶה
Y levantaré sobre ellos un solo pastor y los pastoreará, a mi siervo Dwd; él los pastoreará y él será un pastor para ellos.

Ez. 34:24:
וַאֲנִי יְהוָה, אֶהְיֶה לָהֶם לֵאלֹהִים, וְעַבְדִּי דָוִד, נָשִׂיא בְתוֹכָם:  אֲנִי יְהוָה, דִּבַּרְתִּי.
Y yo YHWH seré para ellos por Dios y mi siervo Dwd, eminencia en medio de ellos, yo YHWH hablé.

Ez. 37:24:
וְעַבְדִּי דָוִד מֶלֶךְ עֲלֵיהֶם, וְרוֹעֶה אֶחָד יִהְיֶה לְכֻלָּם; וּבְמִשְׁפָּטַי יֵלֵכוּ, וְחֻקּוֹתַי יִשְׁמְרוּ וְעָשׂוּ אוֹתָם.
Y mi siervo Dwd, rey sobre ellos, y un solo pastor habrá para todos ellos y en mis procedimientos andarán, y mis estatutos vigilarán y los materializarán.

Ez. 37:25:
וְיָשְׁבוּ עַל-הָאָרֶץ, אֲשֶׁר נָתַתִּי לְעַבְדִּי לְיַעֲקֹב, אֲשֶׁר יָשְׁבוּ-בָהּ, אֲבוֹתֵיכֶם; וְיָשְׁבוּ עָלֶיהָ הֵמָּה וּבְנֵיהֶם וּבְנֵי בְנֵיהֶם, עַד-עוֹלָם, וְדָוִד עַבְדִּי, נָשִׂיא לָהֶם לְעוֹלָם.
y ellos habitarán sobre la tierra que daré a mi siervo Ya’aqov, donde habitaron los padres de ellos; y habitarán sobre ella, ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos, hasta siempre, y Dwd mi siervo, (será) la eminencia para ellos por siempre.

Jer. 30:9:
וְעָבְדוּ, אֵת יְהוָה אֱלֹהֵיהֶם, וְאֵת דָּוִד מַלְכָּם, אֲשֶׁר אָקִים לָהֶם
y servirán a YHWH su Dios y a Dwd su rey el cual levantaré para ellos.

Salmo 89:11
מָצָאתִי, דָּוִד עַבְדִּי;    בְּשֶׁמֶן קָדְשִׁי מְשַׁחְתִּיו.
Encontré a Dwd mi siervo, con aceite de mi santidad lo ungí.

Oseas 3:5:
אַחַר יָשֻׁבוּ בְּנֵי יִשְׂרָאֵל וּבִקְשׁוּ אֶת-יְהוָה אֱלֹהֵיהֶם וְאֵת דָּוִד מַלְכָּם וּפָחֲדוּ אֶל-יְהוָה וְאֶל-טוּבוֹ בְּאַחֲרִית הַיָּמִים
Después, volverán los hijos de Yisra’el y buscarán a YHWH su Dios y a Dwd su rey, y temerán a YHWH y a su bondad, en la posteridad de los días.

En todos estos pasajes, tienes dos opciones de lectura: David o El Amado. Los masoretas (vocalizadores del texto hebreo en el año 700 d.C.) se enfrentaron al mismo dilema, pero por cuanto no creían en Yehoshúa’ llamado El Amado (Ef. 1:6), optaron por vocalizar en pro de David, y no vocalizaron Dod (el amado). Al analizar profundamente los textos, vemos que Dod, El Amado, con relación al Mesías, hace mucho mejor sentido que leer David.

Ahora bien, regresando a las piedades de Hashem, te habrás preguntado: ¿Cuáles son las piedades de YHWH (Hashem, el señor)?

El profeta Yesha’yahu (Isaías) más de 350 años después del rey David, escribió bajo la inspiración divina, como continuando las palabras del Salmo 89 con que iniciamos este estudio, en el capítulo 55 verso 3:

הַטּוּ אָזְנְכֶם וּלְכוּ אֵלַי שִׁמְעוּ וּתְחִי נַפְשְׁכֶם וְאֶכְרְתָה לָכֶם בְּרִית עוֹלָם חַסְדֵי דָוִד הַנֶּאֱמָנִים
Inclinen su oído y vayan a mí, escuchen y vivirá su garganta, y cortaré para ustedes un pacto de eternidad: Las fieles piedades de Dwd.

¿Cómo leer: las fieles piedades de David, o las fieles piedades del amado?
El Apóstol Pablo, recibe una luz sobre este pasaje, y en su intervención en el Béyt-Knéset (Sinagoga) de Antioquía de Pisidia, en un Shabat, después de la lectura de la Parasháh y la haftaráh (Porción de la Toráh y de los profetas que se lee cada Shabat (Cf. Hch. 13:15, 15:21, 35), enseña a todos los presente la profundidad de las palabras entregadas al profeta Yesha’yahu (Isaías), como está escrito en Hch 13:34-36:

Y en cuanto a que le resucitó de entre los muertos para nunca más volver a corrupción, Dios ha hablado de esta manera: Cortaré para ustedes las fieles piedades de Dwd. 35 Por tanto dice también en otro Salmo (16.10): No pondrás a tu Jasid a ver corrupción. 36 Porque David, después de haber servido el propósito de Dios en su propia generación, durmió, y fue sepultado con sus padres, y vio corrupción. 37 Pero aquel a quien Dios resucitó (el Dwd, el amado, el Jasid), no vio corrupción. 38 Por tanto, hermanos, sabed que por medio de Él os es anunciado el perdón de los pecados; 39 y que de todas las cosas de que no pudisteis ser justificados por la ley de Moisés, por medio de Él, todo aquel que cree es justificado.

Cuando el Apóstol Pablo enfatiza y recalca que David “durmió y fue sepultado”, claramente indica que las piedades de que hablaba Yesha’yahu (Isaías), son del Dod (amado) y no de David, dado que el Dod, el Jasid, no vio corrupción, sino que fue levantado de entre los muertos para nunca más morir, con lo cual aseguró la vida eterna del propio rey David quien durmió esperando la resurrección en el día postrero.

Así que aquí vemos dos actos de Jésed que hicieron de Yehoshúa’ el Jasid por excelencia e inigualable:

1)    Hacerse maldición por nosotros y morir muerte de cruz para perdón de nuestros pecados extinguiéndolos de una sola vez y para siempre delante de Dios con el derramamiento de su sangre (Rom 5:6-11)

Porque mientras aún éramos débiles, a su tiempo Cristo murió por los impíos. 7 Porque a duras penas habrá alguien que muera por un justo, aunque tal vez alguno se atreva a morir por el bueno. 8 Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9 Entonces mucho más, habiendo sido ahora justificados por su sangre, seremos salvos de la ira de Dios por medio de El. 10 Porque si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por su vida. 11 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliación.

2)    Resucitar de entre los muertos para concedernos además del perdón, la justificación que nos permite entrar a la vida eterna, porque así como él resucitó, nosotros también resucitaremos, porque él vive, nosotros viviremos.
De modo que no hay palabras más excelentes para cerrar este estudio, que lo que fue escrito por medio del Apóstol Pablo en Efesios capítulo 2:

Pero Dios, que es rico en Jésed, por causa del gran amor con que nos amó, 5 aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia habéis sido salvados), 6 y con Él nos resucitó, y con Él nos sentó en los lugares celestiales en Cristo Jesús, 7 a fin de poder mostrar en los siglos venideros las sobreabundantes riquezas de su gracia por su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. 8 Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fidelidad, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe. 10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.


Sea voluntad de Dios que vean nuestros ojos el regreso del Dod, el Jasid, la Bondad, su majestad Yehoshúa’ Hamashíaj vivo y verdadero, ‘Amen!, ven pronto Señor Yehoshúa’!